El fuego de rubíes incrustados

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Ahora los tres pares de ojos se posan sobre él. Se encoge de hombros.

—Debíamos de hacerlo porque el niño puso ciertas... condiciones para hacerlo. —Se espera a que Anthony les entregue el sobre que Michael les había llevado en la oficina, dándoselo primero a Liam para que lo viese—. Le comenté que la respuesta se la daríamos dentro de dos semanas pero eso ocurrió. Se publicará el día de mañana sin nada que se pueda hacer al respecto.

Liam frunce el ceño, los labios apretados en una mueca de inconformidad. Will sabe que odia que hablen de él cuando no brinda motivos para hacerlo, en especial porque se trata del que menos se mete en todo ese problema de familias. Después se lo pasa a Perrie, quien lee todo con rapidez pero no muestra otra reacción más que un bufido exasperado, como si ya no le sorprendiera que algo así sucediera.

Al final, como si fuese un movimiento en cámara lenta, el sobre llega a Louis. Sereno, con cierto brillo de furia en sus ojos—es el que más tiende a mostrar su enojo de alguna u otra forma a pesar de controlarse la mayoría del tiempo—, lee cada una de las líneas hasta que finaliza, colocando el sobre en su regazo y mirarlos de nuevo.

Él sonríe con cierta pesadez.

—Una gran casualidad que después de nuestra agradable reunión suceda algo como esto—suspira, pero continúa con voz tensa—. Se trató de algo muy inteligente el aprovecharse de una de las debilidades de los omegas.

Ninguno dice nada hasta que Liam habla, la curiosidad palpable en su voz.

—Tengo una duda—alza la mano como si estuviera en un salón de clases, pidiendo permiso al maestro para decir algo—. ¿Qué no se supone que Harry es el, eh, débil de la familia? El tímido que siempre está bajo el control de su hermano.

Perrie asiente con frenesí.

—¡Ah, es cierto! Recuerdo que cada que asistía a alguna reunión apenas se hacía conversación con él. De cierta forma era lindo—dice con toda seguridad.

Will no puede evitar reírse, escuchando la misma acción de parte de Anthony segundos después. Louis continúa en silencio, leyendo una y otra vez la noticia sin agregar nada más, aún sin encontrar tanto interés en el tema de conversación; es normal en él que se comporte de esa forma, en especial porque sigue sin saber que lo que sucede ahí le implica además de que podría interesarle.

Claro que si puede evitar que algo así suceda en un futuro lo haría con los ojos cerrados y sin rechistar. Quiere acabar con esa familia de una vez por todas pero no significa que sacrificaría a sus propios hijos para que sean partícipes de semejante tortura; sin embargo, si se lo comentan a Louis y, bajo su propio riesgo y decisión, decide hacerlo sin más – a él no le quedará de otra más que aceptarlo... para al final sacar la mayor ventaja de esa bochornosa situación.

—Esa timidez al parecer se trataba de una farsa. —Explica Anthony, sonriéndole a él de oreja a oreja cuando se gira para encararlo—. La persona frente a nosotros era lo opuesto a lo que pensamos. ¿O no, Will?

Mira a su alfa como si siquiera arrancarle la cabeza con algo filoso. Al final sonríe, burlón, sabiendo que Anthony lo único que hace es retarlo para demostrarle a sus hijos que él también se llevó una terrible sorpresa en cuanto a Harry. Porque sí – aunque no lo haya demostrado del todo, debe de admitir que se trató de la situación más inesperada que haya viso en los últimos días.

—Sí, sí, deja de repetirlo—responde—. Como su padre les mencionó antes, el niño Styles vino a nosotros más que decidido a deshacerse de su familia, y le pedimos un lapso de dos semanas para pensar sobre su respuesta y –

—Mismo lapso que se acortó de forma considerable—interfiere Anthony.

Will le mira con odio.

Boca de Ambrosía.Where stories live. Discover now