Her name was Kylie |Suga BTS| #Wattys2016

Capítulo 16

Maratón 3/3

--Definitivamente no me esperaba algo como eso--Suga rompe el silencio.

En cuanto la canción terminó corrí a la banca más cercana y me desplomé dramáticamente en ella. Y aquí estoy, respirando con dificultad con Sugu sentado a mi lado.

--¿Y cómo fue eso?--pregunto.

--Fue impresionante.

--Oh, cállate--lo empujo--. Y ya levántate--digo más para mí que para él--, no podemos perdernos el desfile.

Me pongo de pie y ahora soy yo quien lo arrastra del brazo hacia la calle principal de E-World. Son casi las seis y la noche ya comienza a caer. La gente empieza a reunirse mientras en los altavoces suena una voz femenina, supongo que invitando a las personas a ver el desfile, y de fondo se escucha música jazz.

--Ven aquí--Sugu se sube a una pequeña barda y me ayuda a subir--. Desde aquí todo se verá mejor.

Un reloj en el muro marca un minuto para las seis. En el altavoz se escucha una cuenta regresiva conforme el segundero avanza. ¿Acaso es año nuevo?

Cuando el reloj marca las seis todas las luces cercanas se apagan y se hace la oscuridad. Un chico con un traje de colores brillantes y maquillaje llamativo en el rostro corre por toda la calle y termina con un triple mortal hacia enfrente. Cuando todos gritan ya hay más acróbatas haciendo lo mismo en toda la extensión del suelo.

Las luces parpadean y desprenden colores cuando comienza a sonar música instrumental de guitarra y percusiones. En un cambio del ritmo de la pista aparece una chica para cada chico en la pista utilizando overoles de color azul marino y patines de tres ruedas. Llevan una cola de caballo y maquillaje de colores pastel por todo el rostro.

Comienzan a bailar una coreografía en modo canon empezando por el lado derecho de la calle hasta que el paso llega al lado izquierdo. A simple vista parece que no están sincronizados pero desde donde estamos nosotros puede verse que cada detalle está muy bien cuidado. Los chicos terminan su parte y todos aplaudimos.

--¡Sugu, me encantó!

El chico me rodea con el brazo y me sonríe.

--Y aún no termina

Señala el fondo de la calle y se alcanzan a ver unas luces blancas.

El desfile de carrozas.

****

Ya está oscuro cuando el desfile termina. El simple hecho de estar de pie me dio hambre así que compré una crepa de dulce para cada uno y malteadas. Es la primera vez que Sugu me deja pagar por algo, aunque no fue fácil convencerlo. Me costaron un ojo de la cara por el simple hecho de comprarlos dentro del parque pero están deliciosos.

--Tenemos que apurarnos--dice apresurando el paso--. Está por empezar.

--¿Qué cosa?

--Los fuegos artificiales.

--¿Ya va a empezar?--sonrío como niña pequeña en su cumpleaños--. ¡Oh por dios, vamos!

Ahora los dos vamos casi corriendo hacia el jardín principal donde ya se encuentran cientos de trabajadores colocando lo necesario para el show.

--Hay mucha gente--me quejo--. Nos van a aplastar.

--Vamos a conseguir un mejor lugar. De aquí no se ve nada.

Toma mi mano y me guía entre la multitud. Como era de esperarse piso a más de cinco personas en el trayecto. Sugu se detiene y estira un poco el cuello para ver sobre la gente.

--Por allá.

Me lleva en la dirección que señaló hace un momento y esta vez intento ser más cuidadosa. Hay unos barandales donde varias personas descansan tranquilamente. Está un poquito lejos del show pero al menos no hay tantas personas cerca y puedo verlo todo desde aquí.

Pasan algunos minutos cuando se alcanza a ver una única luz blanca que sube silenciosamente desde el suelo hasta estallar en el cielo. Le siguen cinco luces más pero esta vez son de colores. Una niña junto a nosotros se emociona igual o más que yo y su padre la levanta en brazos para que pueda ver mejor.

Las luces no dejan de parpadear y estallidos se escuchan todo el tiempo. Veo a varios niños ponerse felices y a unas cuantas parejas aprovechando el momento para ponerse en mood romántico mientras distintos tipos de luces aparecen en la oscuridad.

Sugu me está viendo. De nuevo. Concentro mi vista en sus ojos a la altura de los míos y noto que me está sonriendo. Diviso el pequeño lunar que tiene por encima del labio y veo como sus ojos cafés brillan con cada luz que estalla en el cielo haciendo que cambien de color. ¿Debería? ¿Es éste el momento?

Le sonrío de vuelta, me acerco despacio hacia él y recargo mi cabeza en su hombro.

Tal vez no.