Capítulo 2: La primera bala.

11.1K 908 465
                                    

En multimedia: OneRepublic - Au Revoir

~*~

~Ethan~

Me veo en el cuarto de la fraternidad, yo estoy en una de las esquinas, pero también estoy en la cama, dormido. Puedo caminar hacia mí mismo y no comprendo nada de lo que pasa. Doy un salto hacia atrás cuando la puerta se abre, Nathan entran apresurado y me da un ligero golpe en el pecho.

Me despierto asustado, o eso es lo que observo, a una velocidad alarmante saco debajo de la almohada la pistola con la que siempre dormía y apunto a mi amigo. La vida en la fraternidad era muy tranquila, todo esa mierda de fingir ser estudiantes nos quedaba de maravilla, sin embargo, siendo la mano derecha de González siempre esperaba lo peor; un ataque, un enfrentamiento, una traición.

—¿Quieres calmarte? —escucho decir a Nathan.

—Joder, no entres así a mi cuarto, ¿qué no sabes las putas reglas?

—Me importan una mierda, hoy es un día importante. Mi hermana viene a la fraternidad y solo tú puedes hacer que esto luzca como una.

—Nathan, te dije que no la invitaras, que es un error grave. ¡Maldita sea! Que seamos tan buenos amigos no significa que puedas no cumplir mis órdenes.

—Ayúdame con esto, por favor. No conoces a Blair, bueno, sí lo haces, te he hablado demasiado de ella, es caprichosa, y necia y terca y, ¡ah! Encontrará extraño que jamás la invite y podría venir de sorpresa. Es solo una fiesta, Ethan, como las que hacemos siempre.

—Escúchame, te ayudaré a que todo marche con normalidad, pero si algo sale mal, si se vuelve amiga de uno de los chicos o de Eleanor, o se involucra con alguno, o tú le sueltas algo, solo quiero que recuerdes que yo no salvo princesas. ¿Estamos?

—Sí, sí.

—Hablo en serio Nathan, cuando personas que no se dedican a esto entran sin querer a nuestro mundo, se jode todo. —¡Qué sabio era entonces! No fui tan sabio horas después, cuando la tuve frente a frente.

—No exageres, por cierto, ya que mencionas eso de no involucrarse con ella. Es mi hermana, recuérdalo, tienes prohibido tocarla tú también. Muy mafioso y todo lo que tú quieras, pero se me olvidará quién eres si le tocas un pelo.

—Por Dios, Nathan. Es tu hermanita, no le haré nada —le aseguré, iluso. Jamás, nunca, hubiese podido imaginar que terminaría perdidamente enamorado de esa mujercita.

—Lo sé, solo repito la advertencia que les he dicho a todos. He ido cuarto por cuarto mostrando su foto.

Bufo y lo corro de la habitación. Miro cómo me siento en la cama, me paso las manos por el pelo y vuelvo a bufar. Había visto a Blair en fotos y recuerdo bien lo que sentía esa mañana, joder, estaba molesto conmigo mismo por estar tan raro por una niña que apenas tenía dieciocho años y que, en realidad, no conocía de nada.

Yo era un perfecto mujeriego, no quería arruinarle la vida a nadie ni que nadie me la arruinara a mí y supongo que fue así como terminé teniendo sexo con Kim, ambos compartíamos el mismo pensamiento.

Las personas como nosotros no podían estar con gente normal, era una jodida mierda y ojalá me hubiese acordado de eso cuando esa noche miré de lejos a Blair Stoms.

Jamás olvidaré cuando la vi caminar hacia la casa, con aquel ridículo bolso, sus vans, jeans y camisa normal. Ella sintió mi mirada, había varias personas a su alrededor, que digo varias, muchísimas, esa noche la casa estaba a reventar, y ella, volteó hacia donde yo estaba y ahí, justo ahí, empezaron todos nuestros problemas.

Peligrosa Atracción III (Siempre)Where stories live. Discover now