Me perteneces (COMPLETA)

Capítulo 32

- Sí que lo es. Es hermosa. Encantada de conocerte.

- Igualmente. Un placer.

- Ohh, también eres italiana, aunque tu acento no es tan fuerte.

- Sí, mi padre es italiano y mi madre es latina. Por eso mi acento.

- ¡Ohhhh, ascendencia latina! ¿Ya sabes lo que dicen al respecto, no? - pregunta sonriéndole maliciosamente a Khris y dándole un pequeño codazo. Estoy perdida, no entiendo nada.

- ¡Ohh, por supuesto que sí y doy fe de ello totalmente! - le contesta y se ríen a carcajadas - No hace falta que dejes tu puesto, sé exactamente donde está mi mesa.

- No hay ningún problema Sr.Becker. Giovanna será su mesera ésta noche. Disfruten la velada y encantada en conocerte Myla.

- Gracias, lo mismo digo - nos dirigimos al interior. El restaurante está impecable y no hay duda que es 5 estrellas por su aspecto y la forma en que están vestidos los comensales - Oye, ¿de qué iba todo eso de las latinas y lo que dicen sobre ellas?

- ¿Qué, eres mitad latina y no lo sabes? - pregunta asombrado y niego con la cabeza - Pues dicen que las mujeres latinas poseen un cuerpo y físico impresionantes, lo que es muy cierto, y también que son sexys y calientes como el infierno, lo cuál también es muy cierto - me dirige una mirada de pura lujuria y siento que mi cara se pone roja como un tomate mientras nos seguimos adentrando al restaurante. Khris no ha soltado mi mano en ningún momento y mantiene sus dedos entrelazados con los míos con posesión. A medida que nos seguimos adentrando en el restaurante los comensales detienen los tenedores y las copas a medio camino de sus bocas para mirarnos con detenimiento, literalmente con sus bocas abiertas. Es bastante incómodo. Pero Khris parece no inmutarse . Sigue caminando conmigo de la mano con su frente bien en alto y la espalda recta, como todo un hombre Alpha con superioridad. Mientras caminamos, saluda a algunas personas con una ligera inclinación de cabeza y le devuelven el saludo con asombro evidente en sus ojos - ¿Por qué todos nos miran de esa forma?

- Porque estás conmigo - dice orgulloso - Y por lo hermosa que eres.

- Sí, claro - ya lo pillo. Es porque soy una de las tantas, la nueva víctima. Es obvio que suele traerlas aquí, incluso sabe cuál es la mesa, ya la tiene reservada para estas ocasiones. Mi ánimo se arrastra por el suelo al exponerme de esta manera con él. Trato de soltar mi mano de la suya pero no me lo permite.

- Sí estás pensando lo que creo que estás pensando, te equivocas. He venido muchísimas veces aquí, pero no con mujeres. La única mujer que he traído a este lugar aparte de mi madre, ha sido Liz, y con la compañía de Alexie por supuesto. Nunca he llevado a una mujer a cenar, mucho menos en público. Eres la primera, te lo aseguro. Y los rostros de estas personas no dicen lo contrario. ¿Por qué crees que nos miran de esa forma? No pueden creérselo, quienes me conocen no pueden creérselo. No pienses en esas cosas. No vinimos aquí para eso - llegamos a nuestra mesa, que desafortunadamente está en el medio del salón bajo un enorme chandelier de cristal. Estamos rodeados de comensales que continúan mirándome y hablando entre ellos. Me siento muy incómoda. No me gusta ser el centro de atención. La mesa es enorme, ovalada. No tiene sillas, en su lugar hay dos enormes butacas de terciopelo en las que se pueden acomodar fácilmente de cuatro a cinco personas en cada una.

- ¿Por qué reservaste una mesa tan grande sólo para nosotros dos?

- Nadie puede usar esta mesa excepto mi familia y yo. Es nuestra mesa. Siempre nos sentamos aquí y nadie puede reservarla. Es de uso exclusivo.

- ¿Uso exclusivo?

- Myla, soy el dueño de este restaurante, por eso es de uso exclusivo para mi familia y yo. Si te fijas todas las demás mesas tienen sillas individuales y ésta no. Tampoco ninguna otra tiene este chandelier colgando sobre ellas. Es por eso que se encuentra en el mismo centro del salón - no me lo puedo creer, éste restaurante se ve mega fino. Sé que es un empresario, pero honestamente no sé a qué nivel - Por tu reacción me doy cuenta de que no sabes quién soy yo realmente - oh, oh, esto no me gusta nada. Me hace un ademán para que tome asiento y luego se sienta a mi lado, muy cerca