Capítulo VI:

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Capítulo VI:

Miré la puerta cuando alguien llamó. Daisuke entró con una sonrisa en su rostro.

–Buenos días señor Sesshomaru– fruncí mi ceño.

– ¿Qué quieres? Me molestas.

–Sesshomaru no seas tan cortante– dijo con un tono burlón.

–Qué quieres– dije bajando la mirada, empecé a leer los documentos.

–Quiero que vayas a ver a la reina Kagome.

– ¿Para?– pregunté viéndole sin apartar la mirada.

–Ryu ha descubierto algo– suspiré y me levanté de la silla.

Salí de la habitación y empecé a andar.

La molesta humana lleva en el castillo ya una mes, no ha mejorado en el combate y sus demás clases me importan muy poco. Solo quiero que acabe su entrenamiento y se vaya de una maldita vez.

Pasé por delante del cuadro, donde estaban plasmados mis padres, que tan elegante y orgulloso reposaba en la pared.

–Ahora entiendo porque tu padre decidió irse con Izayoi, ¡para no verte!

Apreté mis dientes y mi puño.

Esa maldita humana.

Dejé de mirar el cuadro y seguí mi camino hasta llegar al jardín.

Una vez que estuve allí pude ver a Aoki, Emiko, Ryu y Daisuke esperar por mí.

–Lord Sesshomaru estábamos esperando por usted– dijo Ryu con una sonrisa en su cara. Me puse al lado de Daisuke y pude ver a la ruidosa humana con un vestido corto de color negro.

Estas vestimentas no son propias de una reina.

–Lords y mi Lady os he convocado...– la humana tocó el hombro de Ryu y le miró con una sonrisa en su rostro. Dio un paso al frente y levantó la cabeza. Vi sus ojos marrones, demostraban confianza, seguridad y valentía.

–Antes de nada quiero disculpar mi manera de actuar en los últimos días– fruncí el ceño, desde hacía una semana no daba más de ella y se cansaba con facilidad. Como si fuese una frágil muñeca. – Pero todo eso acaba hoy, junto al Lord del Este he descubierto muchas capacidades que estaban escondidas dentro de mí ser.

Ryu se puso al lado de Emiko, vi como ambos sonrieron entre ellos para luego hacerse una señal con la cabeza.

¿Qué está pasando aquí?

–Por eso y mis palabras hirientes quiero desafiar al Lord del Oeste– abrí mis ojos.

–Me niego, no eres capaz de matar una mosca ¿y te atreves a desafiarme?– la humana cerró los ojos y asintió a cada palabra que yo decía. – Si me habéis llamado para esta tontería pagaréis muy caro.

Me di la vuelta furioso, entonces vi a todos los lores y a Daisuke alejándose. Cuando estuvieron a una distancia prudente todos sonrieron.

– ¡Que empiece la batalla!– exclamó Emiko.

¿Qué es esta energía?

Preguntó Yako.

Un escalofrío pasó por mi espalda, erizando toda mi piel. Vi a mí alrededor, el viento se intensificó y la nieve empezó a caer con mucha furia. Me di rápidamente la vuelta, justo a tiempo para ver como la humana abría los ojos.

La reina de la nieve [Inuyasha]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant