Capítulo I.

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Capítulo I:

Sesshomaru se dio la vuelta y sin mirar hacia atrás, se fue.

Inuyasha seguía en su sitio, sin decir nada. Me di la vuelta y empecé a andar. No quería ver a Inuyasha durante un buen tiempo.

– ¡Kagome espera!

No me di la vuelta porque sabía que si lo hacía descargaría toda mi furia con él.

– ¡Kagome!

Inuyasha me cogió de la mano y me dio la vuelta.

– ¿Qué Inuyasha? ¿Por qué quieres que te espere? ¿Eeh?

–Di algo al menos.

– ¿Y qué quieres que te diga? ¿Dime cuando me ibas a decir que Sesshomaru me quiere llevar con él?

–No lo sé.

– ¿Cuándo me ibas a decir que tengo que revivir a Kikyo?

–No lo sé.

– ¿Qué tenías pensado hacer para que Sesshomaru no me llevara con él?– me solté de su agarré y levanté mis manos. – Espera no me lo digas, voy a adivinar tu respuesta, ¡no lo sé!

Me di media vuelta y fui en una dirección contraria a la de la aldea. La nieve había empezado a caer y volvía a llenar las copas de los árboles con ese blanco tan tranquilizador. Lo único que se oía a mí alrededor eran mis pisadas y mi respiración.

Estaba furiosa, siempre me ocultaba algo y sabía de sobra que lo hacía. Pero nunca me metí en sus cosas. Que qué casualidad que sean también mis cosas esta vez.

Me di la vuelta, me crucé de brazos y me senté furiosa en la nieve. Llevé mis manos a la bufanda y la acerqué a mi boca, tapándome media cara.

Suspiré y encogí mis hombros. La noche estaba casi al caer y yo seguía fuera, sin mi arco y mis flechas. Estaba a la merced de los demonios.

–Estúpido Inuyasha– susurré poniendo mi mano en la nieve y dejando la huella de mi mano impresa en la nieve.

Inspiré aire y dejé de pensar en Inuyasha para pensar en lo que dijo Sesshomaru.

– ¿Princesa de la nieve? ¿Reina de todos los reinos?– susurré mientras miraba a la nada.

Es verdad que me encanta la nieve, pero ¿princesa? ¿En serio? Ya era más que suficiente con que me compararan con la sacerdotisa Kikyo que ahora venía Sesshomaru con sus tonterías.

Cerré mis ojos por un momento y me dejé transportar por el sonido que hacía el bosque. Ese sonido natural que tanto me hacia soñar. Soñar lejos de todo esto que estaba viviendo.

Abrí mis ojos. Me levanté y suspiré.

Tendría que tomar una decisión, Sesshomaru no es una persona que le guste esperar.

.

.

.

Han pasado los dos días y sigo indecisa.

Inuyasha no me deja, el monje Miroku analizando todo dice que es una buena manera de acabar con Naraku y quizás con algún otro mal, Sango se niega rotundamente a dejarme ir con un demonio y Shippo no sabe nada al respecto.

– ¿Entonces? ¿Qué vas hacer?– preguntó Sango mientras se ponía a mi lado.

–No sé, supongo que será una decisión de último momento.

La reina de la nieve [Inuyasha]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora