® Capítulo X ®

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CAPÍTULO X

Al día siguiente desperté con una migraña realmente fuerte, sentía el cuerpo pesado, me sentía agotada, ¿Qué rayos pasó ayer? –pensé mientras me frotaba las sienes-
Me puse de pie y caminé hasta mi baño con algo de dificultad, estaba también un tanto mareada.
Al llegar me quite lentamente las prendas de vestir para luego entrar en aquella relajante ducha que lograba llevarse con el agua todas mis preocupaciones, me relaje y tarde lo necesario hasta sentirme totalmente fresca, al salir, envolví mi cuerpo con una toalla y salí del lugar hacia mi habitación, seleccione un conjunto y me lo coloqué.

Me dispuse a bajar hacia la cocina y prepararme algo de comer, realmente no quería asistir a clases, no hasta que me sintiera totalmente repotenciada.

—Tienes suerte de que hayan suspendido las clases –afirmó para luego darle un mordisco a su sandwich.

—¿Las suspendieron? –pregunté confundida.

—Sí, los de primero sacaron los mesones y los dejaron regados por el patio –afirmó con desentendimiento.

—Genial –dije tomando asiento justo en frente de él.

—¿Por casualidad sabes que me pasó anoche? —susurré.

—Pues, tu amigo te llevó a un bar, bebiste como novata y terminaste ebria al igual que él, es bastante obvio —río.

—¿y tu como sabes? —interrogue.

—Estaba en el mismo sitio con Christian —se encogió de hombros.

—Rayos, no más sitios como ese –dije sosteniendo mi cabeza.

—Se nota que no sabes autocontrolarte –rió.
—¿Disculpa? Yo no soy la única que llega ebria a la casa —solté un bufido.

—No me respondas –advirtió.

—Hoy amaneciste más irritante que nunca –afirme.

—Tu eres la que me irrita —le mire ofendida.

—¿Sabes? Tengo que llamar a Christian para agradecerle que me trajo aquí, así que con permiso –dije poniéndome de pie.

—Por lo menos el sí se preocupa por mí, a puesto a que me viste y no le diste importancia al estado en el que estaba —gruñí.

—Deberías cerrar el pico –se puso de pie y me miró retante.

—cuando hablas sueltas puras estupideces que salen de tu boca y rompen mis timpanos —vire los ojos.

-Me largo de aquí, en serio, no te soporto –dije para luego salir del lugar.

EN LA CASA DE CHRIS.......

—Gracias por llevarme a mí casa –sonreí.

—¿De que hablas? –preguntó Christian confundido.

—Ayer cuando estaba ebria.. –dije tratando de ayudarlo a recordar.

—____ –dijo nervioso.

—yo no te llevé a tu casa, yo llevé a Chaz –afirmó cabizbajo.

—¿y entonces quien me llevó? –pregunté nerviosa tratando de no imaginar lo peor.

—Justin –afirmó.

¡Joder! No podía creerlo, Justin sí se preocupo y me llevó sana y salva a casa y yo solo escupí insultos y reclamos sin saber siquiera de lo que hablaba.

—No puede ser –lo miré frustrada.

—¿pero, como? —dije confundida.

—Pues, tu estabas bailando en el escenario y Justin te hizo bajar, apartó a los hombres mayores que babeaban por ti, te cargó y te llevó hasta el auto, luego supongo que te llevó a casa –dudó.

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