® Capítulo VIII ®

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CAPÍTULO VIII

Al llegar a la casa inmediatamente ambos subimos, yo me di una ducha para poder despejar un poco mi mente y eliminar el estrés en mi cuerpo.
Al salir me coloqué mi pijama y cerré mi puerta con seguro para asegurarme de que nadie me molestara, mañana no iría a la escuela, me excusaría con el intento de robo.

Al día siguiente al salir de mi habitación, baje a hacer el desayuno y me encontré con Justin sentado en la mesa con el desayuno ya servido, había un moretón en su brazo que se notaba a kilómetros, yo solo me limité a sentarme en la mesa y no observarlo.

—Puedes comer lo que cociné —dijo serio.
—no está envenenado —murmuró.

—La verdad nunca pensé que lo estuviera —susurré.

Justo al terminar la oración sonó el timbre, yo me limite a dirigirme hacia la puerta, al abrirla Cait y Alice me abrazaron y comenzaron a hacer preguntas con su mayor tono alarmista.

—¡Hey! —exclame.

—Chicas, estoy bien, no me lograron hacer nada por suerte —reí.

—Gracias al cielo —dijo más calmada Alice para luego acercarse a saludar cortésmente a Justin.

—Y tú —dirigiéndome a Cait.

—¿no lo vas a saludar? –pregunte divertida.

—¿Estás loca? Recuerda que no me agrada pero ni un poco —hizo una mueca.

—¿y ustedes no deberían estar en la escuela? —pregunté curiosa.

—Pues un día libre no le hace mal a nadie —sonrió.

Yo solo caminé hacia Alice la cual ahora hablaba amigablemente con Justin.

—¿y esto? —Preguntó Alice señalando el moretón en su brazo.

—Típicas peleas de chicos —Me observó y río.

—De acuerdo, haré que te creo —sonrió.

—¿Como lograste que no te hicieran nada? –Preguntó Cait curiosa a lo cual Justin soltó una carcajada.

—Pues.. —Dije nerviosa— yo..

—Creo que ya entendí —dijo Alice divertida.

—¿Justin fue tu súper héroe ayer? —Preguntó para luego observarnos a ambos.

—Bueno sí, el me ayudo un poco —reí.

—¿Un poco? —río.

—Si no hubiera llegado tal vez tú no lo estarías contando —vire los ojos.

—¿Y que, ahora debo besarte los pies? —alce una ceja.

—Pues si quieres no voy lo voy a discutir —lo mire con los ojos entrecerrados.

—Ustedes son realmente cambiantes —afirmó con gracia Alice.

—¿A que te refieres? —pregunte.

— Pues un día el te salva la vida y al siguiente ya están discutiendo —viro los ojos.

Luego de estar un buen rato conversando Alice y Cait se fueron, Justin se sentó a ver algo de televisión y yo comencé a ordenar y limpiar la cocina.

—Está sonando el timbre —dijo Justin a lo lejos.

—Pues saca tu trasero del sofá y anda a abrir —ordené.

Unos segundos después sentí que unas manos rodeaban mi cintura y una barbilla se posaba en uno de mis hombros.

—Disculpe señorita ____, ¿pero desde cuando usted es tan hacendosa? —pregunto una voz masculina.

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