-Prólogo 2: Rea-

11 2 0
                                    

El viento imparable y violento rodeaba a los tres jóvenes, lleno de polvo y tierra se hacía difícil mantener los ojos abiertos. Ya apenas podían verse entre ellos.

La tierra temblaba furiosamente, agitándose y agrietándose. Los edificios, magnánimas construcciones del hombre, caían volviéndose una montaña de polvo, escombros y restos humanos que se revolvían a medida que la tierra se agitaba.

Rea trataba de caminar hacia adelante, con los ojos entreabiertos fue espectadora de un gran trozo de roca que golpeaba a Joshua, dejándolo inconsciente. Como podía trataba de acercarse en su auxilio pero sus heridas y el entorno se lo impedían. Y Adam había desaparecido completamente entre el polvo arrastrado por el furioso viento.

De repente el terreno bajo ella cedió sin aviso, y sin manera de evitarlo comenzó a caer por abismo oscuro. De la espesa negrura emergieron cadenas como serpientes, con propia voluntad la envolvieron y estrujaron con fuerza mientras ella seguía en su descenso.

Su caída terminó abruptamente en el momento que cerró sus ojos, las cadenas se apretaron aún más contra ella cortándole el aire y volviendo el dolor de sus heridas aún más insoportable.

Colgando boca abajo, de la nada se encontraba en una habitación oscura, familiar para ella. La había visitado en varias ocasiones pero esta vez era ella la principal atracción.

Deseó olvidar aquel lugar, manchado de muerte y con aroma de podredumbre mezclada con sangre fresca.

Una puerta se abrió dejando entrar algo de luz, y cruzando el umbral se apersonaba su antiguo empleador. Sus ojos grises contrastaban con el ambiente. Y una sonrisa adornaba su rostro a medida que se adentraba en la habitación.

Losojos de Rea se abrieron de par en par al ver a Zael sonriente mientras seacercaba, sosteniendo en sus manos manchadas de rojo... un pequeño dedocercenado.

Tiempo MuertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora