2 de Abril del 2015
-Siempre he sido un desastre en el amor. Quizás porque soy un tipo que entrega mucho sin esperar nada a cambio. Y eso, sirena, es bastante malo.
Hoy le había traído unos buñuelos que había hecho mi madre para el veintiún cumpleaños de mi hermana que se celebraría mañana en nuestro jardín trasero.
A Molly parecía gustarle ya que se había comido seis y me llenaba verla comer; ya que no lo hacía muy a menudo.
-¿Cuándo cumples años?
Dejó de comer un buñuelo y miró por la ventana. Hoy hacía un día bastante bueno, quería llevarme a Molly a dar una vuelta, que sintiese la brisa, que oliera la naturaleza. Llevaba mucho tiempo aquí encerrada y la única distracción era la ventana. Y yo.
Pero no me daban el permiso. De alguna forma, Molly se había llevado el papel de la paciente más difícil y problemática del centro.
Pero yo confiaba en ella. Tenía esperanzas en ella.
-¿Dentro de poco?
Abrió el cajón de su mesita de noche y sacó una libreta y un bolígrafo, comenzó a escribir.
2 de Junio
Me lo dio. Lo guardé en mi bolsillo y me quedé viéndola.
Era tan bonita, tan preciosa y tan triste. En esa cara tan bonita debería de haber siempre una sonrisa, no una cara triste y sufrida.
No se lo merecía.
Por eso, cada vez que sonreía, por muy poco que durase, por muy pocas veces que lo hiciese, lo guardaba en mi memoria como un trofeo, como oro en paño. Y era eso, el porqué jamás perdí la esperanza, porque Molly merecía toda la felicidad del mundo; Molly me merecía.
BINABASA MO ANG
Liberando A Molly.
Short Story-¿Te gusta el helado, no? *[AVISO. Historia y capítulos cortos]*