5. Molly me merecía.

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2 de Abril del 2015








-Siempre he sido un desastre en el amor. Quizás porque soy un tipo que entrega mucho sin esperar nada a cambio. Y eso, sirena, es bastante malo.

Hoy le había traído unos buñuelos que había hecho mi madre para el veintiún cumpleaños de mi hermana que se celebraría mañana en nuestro jardín trasero.

A Molly parecía gustarle ya que se había comido seis y me llenaba verla comer; ya que no lo hacía muy a menudo.

-¿Cuándo cumples años?

Dejó de comer un buñuelo y miró por la ventana. Hoy hacía un día bastante bueno, quería llevarme a Molly a dar una vuelta, que sintiese la brisa, que oliera la naturaleza. Llevaba mucho tiempo aquí encerrada y la única distracción era la ventana. Y yo.

Pero no me daban el permiso. De alguna forma, Molly se había llevado el papel de la paciente más difícil y problemática del centro.

Pero yo confiaba en ella. Tenía esperanzas en ella.

-¿Dentro de poco?

Abrió el cajón de su mesita de noche y sacó una libreta y un bolígrafo, comenzó a escribir.

2 de Junio

Me lo dio. Lo guardé en mi bolsillo y me quedé viéndola.

Era tan bonita, tan preciosa y tan triste. En esa cara tan bonita debería de haber siempre una sonrisa, no una cara triste y sufrida.

No se lo merecía.

Por eso, cada vez que sonreía, por muy poco que durase, por muy pocas veces que lo hiciese, lo guardaba en mi memoria como un trofeo, como oro en paño. Y era eso, el porqué jamás perdí la esperanza, porque Molly merecía toda la felicidad del mundo; Molly me merecía.

Liberando A Molly. Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon