Dos Corazones Rotos - 2da Temporada/Jos Canela {TERMINADA}

Capitulo •36•

Me desperté después de las diez de la mañana, anoche me había desvelado viendo un estupido programa de asesinos en serie. Caminé directo a la ducha dispuesta a darme un largo baño.

Después de casi una hora dentro de este, decidí que ya era hora de salir. Me puse un pans y me dirigí a la cocina para prepararme un rico cereal con leche. Mientras comía recibí una llamada telefónica, era Megan y conteste felizmente.

–Hermana que tal ¿como has estado?– Me preguntó ella.

–Pues cada día mejor– Respondí llevando una cuchara de cereal a mi boca.

–¿No has arreglado nada con Jos?– Dijo con tono triste.

–No, y no creo que arreglemos algo– Dije de la misma manera.

–¿Por que dices eso?

–Por nada– Dije rápidamente, Megan no sabía nada de que Bryan estaba en Janesville y que regresaría con él en dos dias.

–Bien, solo llamaba rápido para ver como estabas, debo de ir a comprar algunas cosas antes de que el sol este más fuerte– Comentó.

–De acuerdo, nos vemos pronto– Dije y después colgue para evitar cualquier cuestionamiento.

Terminé mi plato de cereal y lo dejé en el lava trastes. Decidí darle una pequeña limpieza al departamento con algo de música a todo volumen. Same Old Love de Selena Gomez sonaba por todo el departamento, me encontraba haciendo coreografías extrañas mientras barría todo el lugar. Tiempo después quede exhausta y me deje caer en el cómodo sillón. Tenía algo de calor y opte por ir  a comprar un helado.

Ojalá Jos estuviera conmigo y asi podríamos ir juntos.

Y aquí me encontraba de nuevo, pensado en los "ojalá Jos". Aún no lograba aceptar por completo que él ya no era parte de mi vida.

–¡____!– Escuché la voz de Sarah al momento que pasaba frente a su casa. Me detuve y la miré de mala gana.

–¿Si?– Dije cruzándome de brazos.

–Por dios ¿como has estado?– Se acercó a mi dispuesta a darme un abrazo pero yo me aleje, lo cual provocó que ella frunciera el ceño –¿Que pasa?

–Nada, solo me sorprende que por fin te acordaras de mí– Contesté sin expresión alguna.

–¿A que te refieres?

–He estado mal todos estos dias Sarah, y tu nunca te apareciste por mi casa a brindarme tu apoyo, necesitaba tanto a mi mejor amiga– Mi voz comenzaba a entre cortarse y respire profundamente.

–_____..lo siento tanto, enserio discúlpame por no haber estado contigo– Me abrazó y esta vez si se lo permití –Soy la peor amiga del mundo, lo se.

–No, no lo eres– Me separé de ella –De hecho, siempre serás la mejor amiga que he tenido– Dije sonriendo.

–Y respecto a lo de Jos y tu.. Déjame decirte que sigo odiando a mi hermano por haberte dejado– Me dijo y sonreí levemente.

–Eso ya no importa– Hice una mueca –¿Quieres acompañarme por un helado? Iba para allá– Ofrecí y ella asintió.

–Pero yo invito– Acepté su oferta riendo.

Después de ir a la heladería y pasar un buen tiempo con Sarah, volví a mi casa para comenzar a arreglarme para la fiesta a la cual aún no tenía muchos ánimos de ir.

Me puse un vestido negro con destellos rojos el cual me quedaba un poco arriba de la rodilla. Ondule mi cabello y me maquillé solo un poco, agregando labial rojo a mis labios para que resaltaran. Estuve lista exactamente a las ocho de la noche. Me miré frente al espejo una vez más y sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo, mi corazón se estrujo y empecé a tener un mal presentimiento. Recordé que siempre terminaba llorando cada que iba a una fiesta, y Jos siempre estaba ahí para protegerme, pero esta vez estaría sola, y eso me causaba temor. Decidida camine hasta la cocina, donde había dejado mi celular, lo tomé y marqué rápidamente el número de Freddy.

–Ya estoy saliendo de mi casa, se me hizo un poco tarde pero en unos minutos estoy ahí– Lo escuché decir del otro lado del teléfono al contestar.

–No te llamé para apurarte, sino para decirte que no iré a la fiesta– Aclaré mordiendo mi labio inferior.

–¿Que? ¿Pero por que no?– Preguntó con tono de desilusión.

–Me empece a sentir un poco mal y prefiero quedarme a descansar, lo siento.

–Si esta bien, mañana paso a verte y a contarte lo que sea que pase hoy con Melina– Me dijo y sonreí aunque sabia que el no podía verme.

–De acuerdo, y mucha suerte con ésa chica, te quiero– Colgué la llamada y me recargué en una silla.

Seguía teniendo el presentimiento de que algo malo iba a pasar, y comenzaba a preocuparme. Encendí la luz de afuera de mi casa y salí a tomar un poco de aire fresco. Me senté en uno de los escalones y recargué mi cabeza en mis manos mientras sentía el aire llegar a mi rostro lo cual me provocaba una sensación de relajación.

–¿Te molesta si me siento?– Eleve mi vista y me encontré con Jos. Rápidamente mis manos empezaron a sudar y mi corazón a latir a mil por hora.

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