Capítulo 11

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Ella respondió llorando con más fuerza.

―Te amo ―volvió a decir él, apretándola más contra sí mismo, no sabía qué hacer o decir.

―Ahora me siento tonta, hace más de cinco años que no lloraba ―replicó apartándose de él.

―Demasiado tiempo.

―No, ¿cómo ustedes no lloran?

―¿Yo? Yo lloré un mes completo después que terminamos con Elena, sufrí, grité, renegué de todo.

―La amabas mucho.

―Sí, pero no fue eso lo que más me dolió.

―¿Qué fue?

―Ella era mala, perversa y le hizo mucho daño a mi familia. Mi papá estuvo al borde de la muerte y mi mamá...

Ahora Monserrat se alejó un poco más para poder mirarlo a la cara.

―¿Cómo? ¿Qué les hizo?

―Drogó a mi papá y le envió unas fotos a mi mamá haciéndole creer que él y ella estaban juntos. Yo ya no quería nada con ella, me había desilusionado de todas las formas posibles. Mi mamá, al ver las fotos, casi se volvió loca, la mujer con la que supuestamente estaba mi papá, era su nuera y no me quiso decir nada. Yo hubiera sabido que era mentira, mi papá la odiaba, siempre la odió. Unas horas más tarde nos llamaron del hospital, "alguien" lo dejó a la entrada, inconsciente y grave. La droga que le dio, le produjo un ataque cardíaco. Fue muy duro para todos y te juro que lloré como nunca en la vida y todavía hay ocasiones en las que lloro.

―¿Por ella?

―No, no, a veces siento que es demasiado el peso que cargo sobre mis hombros. A veces lloraba pensando que jamás me amarías, que no era digno de ti y que no podría ser feliz contigo como mi mujer a mi lado, formando una familia.

―Perdóname ―suplicó ella.

―No, mi amor, no tengo nada qué perdonarte, tú tenías que cumplir tus tiempos, sanar heridas, aprender a confiar de nuevo... No sé bien qué te hizo ese tipo, pero te dejó con un dolor muy grande y era un proceso de sanación.

―En cuarto medio, varios compañeros apostaron ―comenzó a decir con voz queda―, y él que perdía tenía que conquistarme y pololear conmigo durante todo el año, hasta la graduación. Brayan perdió y le tocó andar conmigo. Debo ser sincera en que me sentía tan halagada que él se hubiera fijado en mí que no me importaban sus malos tratos, sus burlas, sus desplantes, incluso le perdoné una que otra infidelidad... Las que me enteraba ―explicó―. Llegó fin de año y en la fiesta de graduación me emborrachó y sus cuatro amigos se acostaron conmigo.

―Te violaron ―corrigió el con calma aparente, como un volcán a punto de explotar.

―Sí, pero yo casi no me di cuenta en el momento, no era capaz de reaccionar, y no fue tanto el dolor de eso, como la humillación de después.

―¿Qué pasó?

―Al otro día, íbamos de paseo a la playa por el fin de semana. El día sábado en la noche se hizo una fogata y jugamos "verdad y mentira". Y ahí él contó todo... Su apuesta, tenía fotos y vídeos de lo que hicieron, de cómo se burlaban de mí a mis espaldas, no solo ellos, todo el curso sabía lo que estaba pasando, menos yo. Y al final, mostró las fotos de sus amigos conmigo.

―Monserrat...

―Todos se burlaron de mí. Se reían de las "gracias" de él. Se burlaban de qué cómo había imaginado siquiera que alguien como el Brayan se iba a fijar en una "guatona" como yo.

Quiero estar contigoWhere stories live. Discover now