🌸12-Un lunes muy lunes🌸

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Coral

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Coral

Me desperté con el ruido de la alarma del celular. Lo silencié y me volví a echar sobre la cama. Tenía ganas de ir a la escuela, pero me daba bastante pereza levantarme de la cama. Con mucho esfuerzo y luego de unos minutos salí de mi cama y busqué mi ropa. Me puse la camisa, la pollera y me guardé la corbata en el bolso, para pedirle alguien que me enseñase a ponerla. Revisé mi mochila para corroborar que estuviese todo lo necesario y me faltaba la billetera. Traté de hacer memoria y la busqué en todos los bolsos posibles, sin dar con ella. Comenzaba a irritarme. Miré mi celular, 7:39, tenía que bajar desayunar. Tomé mis cosas y me dispuse a salir del cuarto cuando mi celular dio un aviso BATERÍA BAJA. Rodé los ojos y agarré el cargador de arriba del escritorio para poder por fin bajar a la cocina.

En cuanto llegué al refrigerador escuché que mi papá puso el auto en marcha.

—Vamos Coral — dijo mi hermana pasando por mi lado en dirección a la puerta.

Agarré la gomita de pelo de mi muñeca y me hice una rápida cola de caballo. No me había maquillado, ni siquiera había podido lavar mi cara. Tomé un paquete de galletitas, me serví un vaso de jugo y lo volqué todo.

—Maldición.

Una vez con el trapo en la mano me puse a limpiar. Cuando terminé con el enchastre bebí lo poco que quedaba de jugo y guardé el paquete abierto de galletitas en mi bolso. Corrí hacia fuera, donde me esperaba mi padre y mi hermana.

Llegamos al instituto cuando sonó el timbre, así que literalmente corrí hacia el salón, llevándome puesto todo lo que se cruzó en mi camino. El profesor entró al salón y yo entré después que él. Era día de formar, así que dejé mis cosas donde pude y me dirigí al patio.

Mientras formábamos me empezó a picar la nariz. Revisé mis bolsillos y efectivamente mis pañuelitos no se encontraban allí. Miré para arriba un par de veces, como para que se me pasara. El director pasó al frente de los alumnos y empezó a hablar sobre los campamentos de esa semana. Nos tocaba el viernes, según había entendido. Cuando comenzó a hablar sobre lo que debíamos llevar estornude, una, dos, tres veces. La mitad de los alumnos se giraron a verme, y varios se rieron en silencio. De manera disimulada me fui al fondo de la fila y le pedí al profesor para ir al baño a por papel. Él me cedió el permiso y me dirigí a este con prisa.

La primera hora tuvimos historia, y el profesor había mandado a pedir una tarea, en la cual me había gastado la noche para terminarla. Me había dormido algo así de las tres de la mañana, para terminarlo de buena forma. No lo pidió en toda la clase, y unos segundos antes de que tocara el timbre fui a preguntarle si lo entregábamos.

—No es necesario, pero si lo hiciste tráemelo, realmente no era tan importante.

Conté hasta quince mentalmente y le sonreí, fui hacia mi banco y saqué el trabajo de mi carpeta para entregárselo. Para que demonios mandaba a hacer algo si ni siquiera iba a pedirlo.

Mi otra yo [✔]Where stories live. Discover now