Coral
Mi hermana dejó las cosas en mi cuarto, y en cuanto salí de bañarme fui a verlas. Me puse un conjunto de ropa interior negra y me probé las cosas. La camisa me quedaba perfecta, no era ni ancha ni angosta, podía levantar los brazos sin que se me viese la panza y me quedaba fantástica de mangas. La pollera era perfecta, para mi yo antigua. Quería una más corta, no mucho, pero parecía una monja, o por lo menos así me veía yo. Rodé los ojos, necesitaba cambiarla. Me puse mi pijama y fui al cuarto de mi hermana. Estaba bastante enojada, la salida la había organizado yo y no había sido capaz de levantarme. Respiré hondo y toqué la puerta. Después de todo yo tampoco me había puesto alarma.
—¡Pase! — contestó mi hermana al otro lado.
Entré y estaba probándose el uniforme, su pollera era, mínimamente dos dedos más corta que la mía.
—Yo que vos no usaría esa pollera.
— ¿Me queda mal? — preguntó con cara de perro mojado.
—No, pero llama la atención, y yo no lo hago, o más bien hacía. Dame esa y te doy la mía.
Le tendí la mía y se quedó en silencio, luego de unos segundos se quitó la pollera y me la tendió a mí. Se puso la mía y le quedaba un poco más corta que a mí, ella estaba mejor dotada en varios sentidos.
—No esta tan mal.
—A mí me queda de monja, no tenes de que quejarte.
— ¿Estas enojada?
No le respondí porque ya había salido de la habitación, y sí, estaba enfadada. Cerré la puerta de mi cuarto y preparé las cosas para el día siguiente, luego terminé mi tarea. Eran algo así de las 7pm y normalmente cenábamos a las ocho u ocho y media. Prendí mi notebook y entré en Wattpad, no se sí lo mencioné antes, pero amo leer. Habían actualizado mi novela favorita, no dudé ni dos segundos y me dediqué a leer el capítulo. En cuanto terminé de leer todas las actualizaciones de las novelas que leía abrí un Word y comencé a escribir.
Sé que todos cambian,
Y que nadie es perfecto.
Vivimos caminando,
En un mundo lleno de defectos.
Cometemos errores,
De diferente magnitud.
Hay que aprender a perdonar,
O nos mantendrán en esclavitud.
Tocaron la puerta y me sobresalté. Luego mi hermana pequeña asomó la cabeza.
—Hay que ir a comer Coral.
—Ya bajo pequeña.
— ¿Estas escribiendo? — preguntó curiosa.
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Mi otra yo [✔]
Teen FictionCuando Cecilia y Coral (dos mellizas prácticamente opuestas) deben mudarse de ciudad, se confiesan cosas que les hacen ver su viaje como una nueva oportunidad. ¿Qué ocurriría, si de un día para el otro, decides cambiar tu personalidad? Y no solo un...