BAJO ATAQUE

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Annabeth POV

- Annabeth.

- Annabeth, despierta.- abrí lentamente los ojos y me encontré con la cara de mi hermanao Malcolm a pocos centímetros de la mía.

- ¿Qué pasa?- dije un poco adormilada mientras me incorporaba.

- Hay un grupo de semidioses en la entrada del campamento. No pueden pasar porque una horda de monstruos les cierra el paso. 

- ¿A qué estamos esperando entonces?- me vestí lo más rápido que pude me coloqué la armadura y cogí la espada de hueso de drakon y acompañé a mi hermano a la entrada del campamento donde nos encontramos con Piper y con Atenea.
- Hola mamá.
- Hola hija.
- ¿Qué pasa, que a mí no me saludas?- dijo Piper poniendo cara de gato con botas.
- Hola Piper.-dije.
- Ya no me valen tus holas. Me voy a ayudar a Jason.- dijo y salió corriendo en busca de su novio. A varios metros a mi izquierda una falange formada por la cabaña de Ares luchaba contra un grupo de perros del infierno.
- Vamos malditos bastardos venir a por los hijos de Ares.- oí gritar a Clarisse. Fue corriendo hacia allí y la ayude a terminar con los monstruos.
- Clarisse, necesito que cubras a mi cabaña.
- ¿Qué has pensado, rubia?- dijo mientras bloqueba una empusa con el escudo y la electrocutaba con su lanza.
- Son demasiados monstruos. No creo que podamos acabar con todos antes de que hieran a los nuevos semidioses. La cabaña de Atenea penetrará en las líneas enemigas y escoltaremos a los semidioses hasta aquí, mientras las demás cabañas disponibles que nos cubran.
- No son semidioses.-dijo Poseidón que apareció con una armadura cubierta de polvo de monstruo y su tridente. Hasta ahora no me había dado cuenta del parecido que tenía con su hijo.
- ¿ Si no son semidioses que son?- prefuntó Clarisse. A lo lejos se oyó un grito de guerra.
- Venir a por mí monstruos de mierda, venir que os ensarto con mi lanza.
- Ares no hagas ninguna estupidez.
- Oh dioses del Olímpo.- dijo mi madre.
- ¿ Te refiered a los mismos dioses que estan a punto de morir si no reciben nuestra fabulosa ayuda?- dijo Poseidón. No se si fue la falta de sueño o los efectos de la extraña situación pero me pareció ver la sombra de una sonrisa en el rostro de Atenea. Me dí la vuelta y busqué a mis hermanos y hermanas para reunirme con ellos. Marchamos en formación de falange hacia los dioses cuando una hidrá salió del bosque arremetiendo contra nosotros. Una ola gigante empapó a la hidra y detuvo su avance.

- Yo me encargo de esto, niña. Tú salvale el culo a mis sobrinos.-dijo Poseidón mientras encaraba al monstruo de múltiples cabezas. Cada vez más monstruos salían del bosque. Una orda de dracanaes se lanzó contra nosotros.

- Annabeth, no vamos a llegar a tiempo a los dioses así. Nosotros nos encargamos de estos vete tú a ayudar a los dioses.-dijo Malcolm. Salí corriendo a buscar a Jason, pues se me había ocurrido una idea. Le encontré luchando junto a Leo y Piper contra unos telekines. Cuando los mataron echaron a correr en dirección a una manticora.

- Jason espera.-grité. El hijo de Júpiter se paró en seco y se giró.

- ¿ Qué pasa Annabeth ?

- Necesito tu ayuda y la de Leo. Leo, ¿ puedes rodear a los dioses con fuego?

- Claro pero necesitaré que me defienda alguien, necesito mucha energía y concentración para hacer eso. ¿ Por cierto has dicho dioses?- asentí afirmativamente.

- Nosotros nos encargamos de protegerte.- dijeron Austin y Aritch que aparecieron detrás mía.

- Bien, gracias chicos. Jason tu tienes que sacar a los dioses volando.- Jason levantó los pulgares en gesto afirmativo y alzó el vuelo. Volví con mis hermanos para ayudarles a acabar con los monstruos y a la vez que corría hacia allí ayudaba a los demás semidioses que necesitaban mi ayuda. Me detuve a medio camino al ver a Clarisse intentando frenar a un titán, Hiperión. Era casi imposible, hacía algo más de un año que lo habíamos matado durante la segunda titanomaquía. Hiperión lanzó a la hija de Ares lejos de una patada. 

- Clarisse.- oí gritar  Chris, que corría hacia su novia. Sujeté la espada con fuerza y caminé hacia el titán.

- Annabeth, no.- gritó mi madre.

- Vaya, la hija de Atenea. ¿ Qué tal está tu novio ?

- Mi novio está bien gracias. Está evitando que maten a mi amigo Leo.- dije mirándole a los ojos dorados. Hiperión se rió.

- El hijo de Poseidón en Alaska fuera de nuestro alcance  con el corazón destrozado y tú aquí con un nuevo novio mientras él rezando a todos los dioses por poder volver a su estúpido campamento para verte a tí y a sus amigos. Qué decepción se llevará al ver que su querida semidiosa ya no te importa.- dijo mientras se acercaba con pasos lentos. Grité de ira y me lancé contra él. Mi espada de hueso chocó contra su espada dorada. Intercambiamos unos cuantos golpes hasta que tuve la mala suerte de tropezar con una piedra y caer de espaldas. Hiperión alargó  una mano y me agarró del cuello levantándome. El titán aumentó la presión de su agarré. Mi visión comenzó a ser borrosa y sentía como los ojos parecían salírseme de las órbitas. Boqueaba intentando hacer llegar aire a mis pulmones.

- Deja en paz a mi hija.- gritó Atenea que se lanzó contra el titán. Hiperión me lanzó por los aires y choqué brutalmente contra un árbol. Lo último que ví antes de caer inconsciente fue a Austin correr hacia mí y a mi madre siendo apuntada por una espada dorada.


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Heyyyyyyyy, ¿qué pasa genteeee?

Como prometí, aquí tenemos el capítulo narrado por nuestra querida Annabeth desde el Campamento Mestizo. El próximo capítulo lo narrará Reyna, ya que algunos me lo habeís pedido. No tengo nada más que decir así que......

Nos veeeemos en el próximo capítulo ;)

El despertar de una leyendaWhere stories live. Discover now