Sabor A Cielo♡|Terminada|

Capítulo 29

Despúes de ese beso nos separamos. Me acosté a su lado, lo rodee con mis brazos, su cabeza descansaba en mi pecho y ambos nos quedamos dormidos.

Cuando abrí mis ojos miré hacia el reloj que tenía Alonso sobre el buró, eran las 4:00pm, habíamos dormido por lo menos dos horas y su madre ya debería de estar en casa. Miré a Alonso quien aún seguía dormido, se veía tan lindo que parecía un ángel, pero tenía que despertarlo.

-Alon- dije en cerca de su oído- Alon, es hora de levantarse.

-¿Qué pasa?- dijo abriendo poco a poco sus ojos.

-No pasa nada, pero hemos dormido poco mas de dos horas.

-¿Qué hora es?

-Son las 4:00pm

-Dormimos mucho.

-Contigo el tiempo se me pasa volando- dije haciendolo sonrojar- Ya te dije que cuando te sonrojas me dan ganas de comerte a besos.

-Si, pero no lo puedo evitar.

-Lo sé- dije dandole un beso- ¿No tienes miedo de que tu mamá entre a la habitación?- vi como sus ojos se abrieron apenas escuchó mi pregunta.

-¡Mi mamá!- dijo levantandose de un salto- ella ya debe estar aquí y lo mas seguro es que ya haya subido a la habitación.

-No creo o nos hubiera pegado de gritos.

-No conoces a mi madre.

-¿De qué hablas? ¿Ella sabe de esto? ¿De nosotros?

-¿De nosotros? No, pero si sabe que soy homosexual.

-¿Pero y Carla? si tu madre sabe que eres homosexual porque no decía nada de que salieras con Carla.

-Esa es una larga historia. Ven vamos a ver si ella está abajo.

Bajamos a la sala pero no había nadie, así que entramos a la cocina y ahí estaba ella.

-Hola mami- dijo Alonso un poco apenado.

-Hola hijo, hola Jos- saludó amablemente la señora.

-Hola, buenas tardes señora.

-¿cómo estás hijo? me llamaron del instituto para decirme que te pusiste mal.

-Sí, me desmayé, pero ya estoy mejor, de ahí me mandaron para la casa y Jos se ofreció a traerme.

-Muchas gracias Jos- me dijo con una sonrisa.

-No es nada- dije devolviendole la sonrisa.

-¿Y qué te dijeron en el colegio, qué te pasó?

-Dijeron que se me bajó el azúcar, por eso me mandaron a descansar.

-Si, vi que descansaste muy bien- dijo la señora haciendo que Alonso se sonrojara- ¿te quedas a comer verdad Jos?

-Si no es molestia.

-Claro que no, mi esposo va a estar feliz de verte- ahora el ruborizado era otro.

-Tienes razón- me susurró Alonso en cuanto su madre se dió la vuelta para terminar la comida.

-¿Razón de qué?

-Cuando te ruborizas dan ganas de comerte a besos.

-Pues si vuelves a decirlo no me va a importar que tu madre esté frente a nosotros- dije mirandolo pícaro.

-N-no- dijo girandose para ver a su madre.

-Mami ¿y Lucía? se me hizo raro llegar y que no esté aquí.