Capítulo 25

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-Bueno Alonso es hora de irnos- dije cuando crucé la puerta de la enfermería- ¿estás listo?

-Si Jos pero no tienes que hacer esto, puedo ir solo a mi casa.

-¿Cómo crees que te voy a dejar ir solo? Ya mejor deja tu orgullo a un lado y vamos.

-No es orgullo Jos, pero no tienes por qué hacer nada de esto.

-Digas lo que digas voy a llevarte a tu casa.

Salimos de la enfermería, Alonso caminaba despacio y yo llevaba nuestras mochilas en mi brazo izquierdo.
Cuando llegamos a la salida nos detuvimos un momento.

-¿Y qué esperamos?

-El taxi Alonso, nimodo que nos vayamos caminando así como estas.

-Pero si yo estoy bien.

-No, la enfermera dijo que guardaras reposo así que nos vamos en taxi a tu casa.

-Esta bien.

-De todos modos aunque no quisieras el taxi ya está en camino, lo pidieron en la dirección.

No tardó mucho y un taxi se estacionó frente a nosotros, subimos a este y le dimos la dirección de la casa de Alonso. En el camino estuvimos en silencio, ninguno de los dos dijo nada.

Cuando llegamos bajamos del taxi, pagué y luego entramos a su casa.

-Te ayudo- dije dejando las cosas en el sillón y ayudando a Alonso a sentarse.

-Estoy bien ni que no pueda caminar.

-Ya sé que puedes caminar pero tienes que descansar, ven vamos a tu habitación.

-Yo puedo ir solo, gracias.

-Ya Alon no seas así

-¿Así como?

-Pues no dejas que te ayude.

-No necesito tu ayuda. Yo puedo subir solo a mi habitación.

-Esta bien Alonso...-pausé, necesitaba pensar en algo para poder quedarme mas tiempo con él- ¿Tienes hambre?

-Un poco.

-Bien, entonces mientras tu subes a tu habitación te preparo algo de comer ¿te parece?

-Eso suena bien.

Fui a la cocina y preparé un sandwich que partí a la mitad, piqué un poco de fruta que había en el refrigerador y serví dos vamos de jugo de naranja. Lo puse en una bandeja y subí hacia la habitación.
Cuando entré a la habitación vi a Alonso acostado con los ojos cerrados, se veía tan... Pero que estoy diciendo aleja esos pensamientos Jos.

-Alonso ¿estás despierto?- dije despacio para no despertarlo si es que se encontraba dormido.

-Si- dijo mientras se sentaba en la cama.

-Ten, te traje esto de comer- asenté la charola en la cama, en cuanto vió el sandwich y la fruta abrió los ojos un poco más.

-G-gracias.

-No es nada, come- y tomé mi vaso de jugo.

-¿Tú no vas a comer nada?

-No tengo mucha hambre- me senté en la banca del piano.

-Entonces si tienes hambre.

-Un poco.

-Ven, come conmigo.

-¿Enserio?

-Si, igual esto es mucho para mí.

Me acerqué para tomar la mitad de sandwich restante pues el ya estaba comiendo una.

-¿Y Alan qué dijo?

-Pues solo me dió las gracias por acompañarte a casa.

-¿Alan te dió las gracias?

-Si lo sé, hasta a mí me sorprendió.

Terminamos de comer en silencio.

-Bien, ya estoy en casa y ya comí.

-Sí y?

-Pues que ya te puedes ir.

-¿Ya quieres que me vaya?

-Jos te agradezco que me hayas traído a casa y que me hayas hecho de comer, pero no tienes que quedarte.

-¿Qué te hace pensar que te dejaré solo? No hay nadie en tu casa y no me voy a arriesgar a que te desmayes de nuevo y no haya nadie para ayudarte.

-No me va a pasar nada.

-¿Por qué eres tan terco niño? Ya te dije que no me voy a ir.

-Y tú eres un necio, puedo quedarme solo.

-No vas a convencerme de que me vaya.

-Jos.

-¿Quieres ver una pelicula? Puedo preparar palomitas o podemos tocar piano un rato.

-¿No te vas a ir verdad?

-No.

-Ash pues entonces ve a preparar palomitas.

-Bien- dije con una sonrisa de victoria.

Bajé y preparé las palomitas las puse en aque bolw de donde comimos palomitas la vez que me quedé a dormir con Alonso, ese recuerdo llegó a mi mente haciéndome recordar el sueño que había tenido aquella noche sonrei al instante. Concentrate Jos, deja de pensar en eso. Tomé dos refescos de la nevera y volví a subir, al llegar a la puerta escuché una bella melodía. Abrí la puerta con cuidado y vi a Alonso concentrado en el piano, me quedé parado en el marco de la puerta observando al chico de los ojos azules.


Sabor A Cielo♡|Terminada|Where stories live. Discover now