Todos tenemos un demonio personal

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-       De paseo Malfoy—dijo la voz de...
-       ¡GRANGER!—dije con alivio una vez me di vuelta llevándome una mano al pecho y tratando de calmar a mi alocado corazón pues en verdad no creía que hubiera nadie en la sala, y en efecto ahí estaba ella sentaba en la alfombra con la chimenea encendida y con un libro en la mano casi en la misma posición que había encontrado a Nott haya arriba, rayos empezaba a pensar que Theo era algo así como la versión masculina de Hermione, pues ambos en verdad compartían muchos gustos como leer, leer y leer entre otras cosas pensé con una mueca interna.
-       ¿Qué haces aquí?—pregunte
-       O pues un ruido me despertó y no pude volver a dormir así que decidí
-       ¿vas a salir?—dijo señalando mi escoba mientras se mordía el lado inferior, me quede mirando esos labios rojos sin duda por el frío,
-       ¿y bien?—pregunto de nuevo ¿Qué había dicho? A si algo de un paseo
-       ¿quieres venir?—le pregunte con una sonrisa seductora y vi como sus mejillas se encendían, ella traía el cabello en un moño justo como en el baile de cuarto y vestía sumamente cómoda con un saco que acariciaba sus curvas y pantalones de deportes con zapatillas deportivas
-       No estoy vestida te retrasare—dijo—además estoy ocupada—esta vez alzó el libro de historia de la magia
-       O vamos te espero—dije queriendo su compañía ansiando oler su aroma a vainilla.
-       En serio te retrasare—dijo pero algo en su expresión me dijo que mentía, fue entonces que recordé que ella nunca montaba en escoba no desde primer año
-       ¿le temes a las alturas?—pregunte frunciendo el ceño
-       Sabes ya es tarde—dijo con un bostezo repentino cogiendo el libro y tratando de pasar por mi lado, pero le bloquee el camino
-       Draco déjame pasar—dijo con su mirada miel en llamas
-       Vamos—dije quitándole suavemente el libro de sus manos y colocándolo en el sofá de tres piezas—no te arrepentirás—dije al ver que empezaba a protestar pero por alguna razón ni siquiera se opuso cuando la jale más cerca de mí y le coloque mi abrigo que le llegaba más allá de sus rodillas y de sus manos, con suavidad primero tome una de las mangas y arremangue el abrigo hasta que pude ver su mano para hacer lo mismo con la otra y luego lo abroche—aun necesitas unos guantes, bufanda y una gorra—dije prestándole mi varita para que no sacara la suya—toma
-       Gracias—dijo después de un largo momento en que tan solo miro la varita para luego tomarla y hacer lo que le pedía, una vez estuvimos listos salimos al balcón y monte en mi escoba—ven—le dije tendiéndole una mano que ella sin vacilar tomó, y así se monto delante de mí en la escoba, vi que estaba tensa asi que con mucha suavidad coloque una de mis manos en su cintura y la otra en el palo de la escoba para así con una patada empezarnos a elevarnos, al principio estuvo tensa pero conforme volábamos sobre el lago empezó a relajarme recargándose en mi pecho haciendo que sintiera su calor y que su aroma inundara mis sentidos por completo.

No hablamos en todo el camino pues en verdad no hacía falta, la noche era perfecta, una vez que regresamos de nuevo a nuestra torre ya que estábamos en la estancia encendimos el fuego de la chimenea y nos sentamos en uno de los sofás de 2 plazas, ella recargada en mi pecho disfrutando tan solo de la compañía

-       Gracias por esta noche Draco—dijo con voz adormilada y sin darme cuenta fui cayendo poco a poco en la oscuridad

Y así los dos juntos y dormidos en la sala fueron como los encontró Theo a la mañana siguiente...

THEODORE NOTT

Salí de la torre de los perfectos sin hacer ningún ruido, era más  temprano de lo que acostumbraba levantarme así que pasaría una buena media hora cuando los demás apenas estuvieran levantándose pero sabía que no era el único despierto y con ese pensamiento me dirigí a los terrenos del bosque prohibido notando en el camino que la nieve empezaba a caer de nuevo.

Feliz cumpleaños DracoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora