¿Quién es mi padre?。 ❘ Diabolik Lovers【Terminada】

❀; Fuga

Meses después; la mujer antes conocida como “Eva” dio a luz una niña; a la que decidió llamar Yukina.

Yui era plenamente feliz con su hija, a pesar de no verla diariamente ya que Kino la mantenía en una habitación en la que solo él y una sirvienta podían entrar. La rubia necesitaba permiso del padre de su bebé si quería verla.

Según él era para que no se encariñara con la niña y sufriera cuando el momento llegara.

Yui quería olvidar la razón por la cual había traído a Yukina a este mundo. Y cuando menos se dio cuenta, ese día llego. Era una noche en la que la luna llena se hacía presente.

»Es mejor que no veas esto.«

Fueron las palabras de Kino para después sacar a Yui de la habitación. Para Yui escuchar más que ver, era la verdadera tortura. De un momento su bebé estaba llorando desesperadamente, y de pronto el llanto paró.

La rubia se deslizó por la puerta cubriéndose la boca para no dejar salir lamentos.

–L-lo siento hija... –

Kino salió minutos después, encontrando a Yui inconsciente.

»El experimento fue un éxito.«

[...11 meses después...]

–Yuki-chan – Yui sostuvo a la bebé en sus brazos. – Hola... ¿me recuerdas? Soy tu madre...

La bebé río.

–Hoy es tu cumpleaños. ¡Felicidades...! –la rubia fingió una sonrisa que después fue remplazada por una mueca. – T-tu padre me dejó entrar a verte...

Lágrimas resbalaron las mejillas rosadas de Yui.

–Lo siento... por mi egoísmo te hice esto... –

Yui secó sus lágrimas. La bebé tenía sus ojos clavados en los de ella. Sintió algo inexplicable mientras más seguía mirando los ojos de su hija... algo que le dijo que tenía que sacarla de ese lugar cuanto antes.

–No... No dejaré que te usen cómo un juguete... No tendrás el mismo destino que el mío. –

[...]

–¡Príncipe, príncipe! –

–¿Qué? –

–Yui-sama... ¡Ella escapó con la bebé! –

–Eh~ –

–Ya ordené que fueran por ell- –

–Dejala. –dijo Kino – Dejala irse.

–¿Eh...? C-como usted ordene... Me retiro, con permiso. –

La sirvienta salió.

–¿En verdad vas a dejarla ir? –

–Seh. –dijo Kino – Volverá a mi tarde o temprano... Yuuri, traeme un vaso de jugo de guayaba.

La pelinegra suspiró.

–Como desees. –

[...]

Quince años pasaron volando. Yukina ahora tenía 16. Para poder salir del Makai Yui tuvo que tratar con mucha gente, hasta que conoció a un bondadoso chico que la ayudó a llegar al mundo humano. Una vez ahí, vagó por un bosque hasta que encontró una cabaña abandonada.