CAPITULO 50: FIN DE LA GUERRA

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Jerry:

Por fin tenía ese cabrón en mi poder, sólo tenía que tirar del gatillo y matarlo de una vez, pero antes de eso tenía que salir de la iglesia. No quería ir por el pasillo secreto ya que estaba muy oscuro y eso no me inspiraba confianza.

Empecé a subir las escaleras con Big en mi poder, al subir por completo a la iglesia, vi muchos hombres armados vigilando la entrada y el interior. Uno de ellos logró verme y alertó al resto, todos me apuntaron con sus armas y yo simplemente hice presión en la cabeza de Big con el arma.

- ¡Bajen las putas armas o mato a este infeliz aquí mismo! - Grité a todo pulmón.

- Que dices, te superamos en número.

En ese momento observé poco más agresivo y golpeé a Big en la nuca con el arma, él solo hizo un sonido de dolor y se sintió un poco aturdido.

- A la próxima le dispararé.

Todos empezaron a mirarse entre si, yo sólo estaba decidido, tenía que salir de esa iglesia costara lo que costara, trataba de jugar con sus mentes porque en realidad estaba muy jodido.

Disparé una vez a al aire para ponerlos aún más nerviosos y conseguir lo que quería.

- Les juro que a la próxima ya será en cuerpo. - Dije seriamente.

Pude notar que algunos temblaban de los nervios y miraban hacia algunas direcciones. Poco después, uno de ellos puso su arma en el suelo lentamente y levantó las manos.

- ¡¿Que haces?! -Gritó uno de los cuervos.

- No quiero que Big muera por nuestra idiotez.

- ¡Lo matarán de todas formas imbécil!

Big, recuperó un poco la razón y dijo:

- Bajen las armas, hagan lo que él dice.

Mientras decía esto hizo un movimiento rápido con las manos haciendo una especie de seña.

- ¿Que acabas de hacer? - Le pregunté al oído mientras le ponía el cañón de la pistola en la sien y avanzaba.

- Acabo de salvarte el pellejo maldito desagradecido. - Me contestó con cierta furia.

- Camina y quédate en silencio.

Uno de los Cuervos Rojos abrió la puerta de la iglesia y con sólo atrsvesar el dintel de la misma, la cerraron de golpe.

- Aqui hay algo muy raro - Me decía a mi mismo.

Los hombres del poblado que apuntaban a la iglesia, vieron a Big siendo sometido por mí, empezaron a gritar de la emoción y daban por hecho que la guerra estaba ganada.

De vuelta con William:

Seguía hablando con mis amigos, Julian salió para encontrarse con Rachel y acompañarla. Alexander me dio unas cuantas recomendaciones para que no se volvieran a presentar los dolores de cabeza, pero de todas formas ya me sentía bien, de hecho me sentía mejor que nunca, era algo extraño. 

De repente escuchamos afuera unos gritos de felicidad y de victoria. Salimos todos con curiosidad, ayudé a Mariana levantarse haciendo que ella se apoyara en uno de mis hombros. Llegamos al origen del alboroto y allí vimos en la iglesia a Jerry que tenía a un hombre apuntándole a la cabeza, ese debía ser Big sin lugar a dudas.

- ¡Al fin tenemos al responsable de todo este desastre, este pedazo de basura es el culpable de todas las muertes que han habido hoy! 

Todos comenzaron a gritar y a levantar las armas, Big trataba de moverse pero le era imposible, Jerry lo tenía bien agarrado.

El Despertar ZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora