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-¡Dipper apresurate que ya nos vamos! -Gritó Mabel.

-¡Ya voy!

El castaño salió de su habitación algo despeinado, había hecho todo demasiado tarde y para peor la fiesta había comenzado hace un buen rato.

-Eres peor que yo. ¡Vámonos! -Gritó Will, mientras los tres se iban a la universidad.

Ya era de noche, de hecho casi las once de la noche cuando ellos salieron.

Llegaron a el sector de fraternidades, directo a la hermandad de la "Casa Alfa".

Al entrar en la hermandad, se percataron de que prácticamente estaba llena, estudiantes bailando por todos lados, cometiendo locuras, y disfrutando más que nada ese fin de semana.

-¡Dipper, iré a dejar mis cosas a algún lugar! ¡Busca a Bill! -Gritó su hermana, ya que la música y los adolecentes bailando y cantando, no los dejaban oír.

Caminó por toda la fraternidad, hasta que llegó a una esquina donde varios chicos y chicas estaban en una redondela, gritando repetidas veces: "¡Bebe, bebe, bebe! ".

-¡Oh no ya va en la séptima lata! -Gritó un chico.

Ésta escena captó la atención del castaño, es más, dejó a Will para poder acercarse a éste grupo, intentando ver que sucedía.

-¡No lo logrará!

-¡Vamos, no puedes! -Gritó uno que parecía ser de la hermandad.

-Oh, ¿Crees que no puedo? ¡Ésta es por mi mayor desamor en el mundo hasta llegar a las diez! -La gente gritó animándolo.

Esa voz era conocida, se abrió paso entre la gente y vió cómo éste chico tomaba una lata de cerveza de una vez sin rodeos.

-¡¡Bill, Bill, Bill, Bill!! -Le animó la gente mientras aplaudían al compás de la música.

-¡¡Bill Ci the Cipher guy!!~ -Cantaban los demás.

-¡Abranme el paso! -Exclamó Dipper, mientras llegaba al fondo de la redondela.

El rubio había terminado la octava.

-¡Viene... Vi-Viene la Novena chicos!-Sonrió mientras intentaba quedarse de pie, al mismo tiempo que secaba los rastros de la bebida de sus labios con la manga de su chaqueta.

Estaba demasiado borracho.

Dipper podía notarlo, sus ojos y labios entumecidos hacían que su rostro tomara un tono relajado, pero en cierto modo, quizás no lo estaba. Su conciencia ya casi desaparecía, y a duras penas podía mantenerse de pie.

La gente gritó más alocadamente, haciendo que más personas llegaran a verle.

-¡Bill! -Gritó Dipper. -¡Bill tienes que parar! ¡¡Escuchame!! -Se acercó a él, sacudiéndole.

-Vaya vaya vaya... Pero si es Pino... -Se balanceó.- ¿Como va todo pequeñin?... -Hipó.

-¡Bill ésto no es bueno para tu salud! ¡Detente ahora!

-Y-Ya perdí la cordura Pi-Pino... Relájate y bebe un poco de cerveza... -Le mostró la lata.

-¡No quiero beber! ¡Quiero que pares!

-Te ves tan violable así enojado... -Se rió mientras abría dicha bebida.

El castaño se la arrebató de las manos.

-¡Lo que dices no tiene sentido alguno, vámonos! -Intentó sacarlo de ahí.

-Tiene sentido el que quiero hacerte mío aquí en frente de todos... -Comenzó a reír más fuerte. -¡Venga amigos, denme la número nueve!

Unrequited •BillDip• [1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora