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Estiro los dedos y casi puedo tocarte,

alcanzarte.

Una risa ronca,

un cigarrillo encendido.

Toso por el humo,

a mi nunca me han gustado tus métodos de matarte.

Una sonrisa,

donde tus labios son pistola y tus dientes una bala.

Casi puedo tocarte,

alcanzarte.

Pero los dedos vuelven a caer al vacío.

Las piernas me arden con vida propia,

y el pecho se me congela inerte.

Un beso,

donde la calidez caliente los cuerpos de la morgue.

Casi puedo tocarte,

alcanzarte.

Pero los dedos chocan contra el cristal.

Un abrazo,

frío,

de dos estatuas de hielo que murieron en batalla.

No estás al otro lado,

creí que casi te alcanzaba.

Ahora entiendo a los que creen ver oasis en el desierto. 

Trece poemas de amor; Trece poemas de olvido ⚡️ @nymereidaWhere stories live. Discover now