VI

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Brindemos por los que intentaron hundirte diciéndote tus fallos;

las piedras en las que caíste;

y toda la tierra que tragaste con cada mala decisión que tomaste.

Créeme,

yo también me dejé los dientes contra el suelo intentando saborear algún tipo de sentimiento;

y lo único que me tuve que tragar fue el orgullo.

Bebamos por todos aquellos que no saben ver lo bonito que eres,

los que no saben como cada célula de tu cuerpo clama por un beso más,

y cómo ardes cuando te toco;

como sonríes cuando me ves feliz,

como me lames las heridas cuando me ves caer.

No eres tú:

son ellos.

Son todas y cada una de las chicas que te rompieron el corazón mientras tu buscabas la saliva que hiciese unión en las piezas;

son todos y cada uno de los amigos que te traicionaron y te vendieron en batalla a mercaderes que sólo querían arrebatarte la dulzura que escondes en las arrugas de tus ojos;

son todas y cada una de las personas que no quisieron mirarte;

Ya te dije que no hay mayor ciego que el que no quiere ver,

y no hay mayor imbécil que el que renuncia a mirarte a ti;

Tampoco hay mayor imbécil que el que renuncia a mirarte,

y no hay más capullo que el que decide arrebatarte la sonrisa.

No les des el poder de definirte,

limitarte,

hundirte,

o romperte.

Tú eres la pieza de arte central en el museo de mi vida,

y te necesito subido encima de tu pedestal,

intacto,

y a la misma vez hecho añicos.

Si de los peores sentimientos sale el arte más bonito, entonces tú tienes los pulmones llenos de flores,

de fumar cigarrillos a la espera de que te maten cuando sabes que la única bala que puede atravesarte es mi boca.

Tú,

cariño,

tienes en el corazón un Monet,

en tus manos los fusilamientos del tres de mayo,

y un Miró en los ojos.

¿Qué pretendes que sienta con mi obra de arte si me has lamido la tierra de las heridas para besarme;

si me has robado el cielo para pintarme una Noche Estrellada;

si me has devuelto el orgullo que perdí y la voz que me dejé clamando?

Ya no puedes parar esto;

querida Roma en ruinas.

Ahora te tengo en el museo de personas importantes de mi vida,

en tu pedestal,

tan roto

y a la vez tan intacto. 

Trece poemas de amor; Trece poemas de olvido ⚡️ @nymereidaWhere stories live. Discover now