VIII

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He oído que el mundo se cae a pedazos.

¿Escuchas los golpes?


Creo que es mi corazón amenazando con una rebelión,

porque tiene miedo del cañón de tu boca,

y sabe que no hay peor catapulta que tus manos.


Creo que el mundo está en guerra ahí fuera,

que la gente se sigue matando con armas de fuego

porque no saben que el de tu mirada abrasa más,

y que me congelará las entrañas el día que deje de derretirme.


He oído que las margaritas han dejado de cantar,

y que las canciones suenan a desengaño.


Pero, como diría Neruda:

te pareces a mi alma y a la palabra melancolía;

te pareces a la guerra y a la tregua;

al cañonazo y al enfermero;

al agua y la sed.


He oído que el chocolate no sabe igual,

y que el nuevo sinónimo de amor es muerte.


He oído que muchas cosas han cambiado ahí fuera,

que sigue habiendo guerras a pesar de las treguas,

que la vida que sigue un transcurso normal;

en su línea de volar cenizas con las respiraciones entrecortadas.


Coger aire de manera estridente,

y que mis pulmones se llenen hasta los topes.


No queden cenizas,

se las ha comido el Ave Fénix.


Revivir los corazones muertos,

los cañones rotos,

los fuegos apagados,

las armas en desuso.


Porque, como diría Neruda, eres la noche callada y constelada,

y me gusta cuando callas porque estás como ausente,

me gusta cuando vuelves de la vida y pareces feliz,

cuando te ríes porque estás presente,

y que entre tantas cosas que puedes seguir eligiendo

decidas ser cañón en mi boca,

y tregua en mi estómago.


¿Escuchas eso?

Son los golpes de los corazones muertos

que vuelven a la vida. 

Trece poemas de amor; Trece poemas de olvido ⚡️ @nymereidaWhere stories live. Discover now