-Sabías que iba a hacer eso ¿no? Por eso no has tardado ni un minuto en traer esto -dijo señalando el té y las tostadas.
-Sía, he cuidado a tu padre y a Luke desde que cumplieron los doce. Son como hijos para mí, así que conozco sus mañas.
Se giró, pero antes depositó en su mano un pequeño paquete azul.
-Para ti. Te lo ha dejado el cartero esta mañana, y sospecho que fue mejor que lo descubriera yo y no tu tío.
Alessia le dio las gracias y lo guardo en el bolsillo de su pijama. Terminó el café, y dejó unas cuantas tostadas. Agarró el cómic y subió las escaleras mientras lo leía.
Tony estaba por besar a Pepper cuando tropezó con el último escalón, haciendo volar todo lo que tenía en sus bolsillos; convenientemente, el paquete azul cayó a los pies de Luke, quien se retorcía de la risa.-Es... Estás -no podía ni hablar, sus ataques de risa se lo impedían- ¿Estás b... Bien?
Ella solo lo miró furtivamente, tomó sus cosas y entró a la habitación.
Cuando terminó el cómic se decidió a abrir su "regalo" y, tal como lo esperaba, este no estaba.-¡LUKE!
Gritó con todas sus fuerzas mientras bajaba corriendo hacia la cocina. Allí se encontraba su padre, y Luke sentado detrás con una sonrisa burlona.
-Alessia... -comenzó Giorgio clavando sus uñas en la palma de su mano.
-No -dijo mirándolo a los ojos.
-¿No qué?
-No. No voy a discutir contigo, y menos por mis asuntos personales.
Cuando vio que Giorgio tenía pensado decir algo continuó: -Y no me digas que no ibas a discutir, porque veo tu mano papá.
El hombre solo gruñó, y desvío la vista hacia el suelo. Luke empezó a hacer muecas graciosas detrás de ella, ocasionando que se riera repetidas veces. Cuando Giorgio miraba para atrás para ver de que se reía, Luke volvía a poner cara de yo-soy-un-hombre-serio.
-Papá.
-¿QU...? Perdón, ¿qué, princesa? -era gracioso verlo intentar contener su rabia.
-Tengo dieciséis. Ya soy grande, y tengo todo el derecho de salir con mi amigo. Así que vas a tener que aceptarlo, y si tienes algún problema puedes ir a hablar con mamá.
Giorgio no discutió, sabía que no iba a ganar esa batalla. Y menos si Rachel estaba del lado de su hija.
-Y tu... -señaló a Luke-, ya veré que haré contigo.
El solo sonrió arrogantemente, se puso de pié y salió de la habitación golpeando suavemente su hombro.
-Papá.
Él solo emitió un sonido irreconocible.
-Dame el paquete.
La miró y -en contra de su voluntad- se lo entregó.
-¿Ni siquiera puedo leerlo yo primero?
-No, papá. Soy una nena grande, vete.
-¿Estás echándome de mi propio comedor?
-Sí.
-Bien.
Derrotado, salió de allí. No sin antes susurrar:
-Definitivamente heredaste el carácter de tu madre, pobre de tu chico.
-¡Papá! -protestó, sabiendo que no iba a escucharla.
Se sentó en la mesa y se puso a abrir el paquete, antes de que volvieran a arrebatárselo.
Este contenía un chocolate -su favorito- y un papel doblado a la mitad. Supuso que era una carta. Cuando empezó a desdoblarla una sensación rara tomó lugar en su estómago, estaba nerviosa.Alessia:
(La verdad espero que seas tu la que está leyendo esto, pero por si acaso: hola, Luke.)
Estoy escribiendo esto la noche anterior al día en el que pensaba llamarte para ir a por un helado. La verdad espero que hayas aceptado, porque sino sería muy vergonzoso.
Adam.
PD: Espero que ese chocolate sea de tu agrado, fue el único que encontré.Su corazón dio un vuelco, literalmente. Iba a salir con Adam, si así podía llamarlo.
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Sangre Mafiosa.
ActionElla fue criada en un mundo en el que no existen los finales felices. Donde tener poder es ganar, y la traición es pagada con la sangre del traidor. Creció con la idea de que uno es leal hasta el punto de morir por su gente si es necesario. ...
Capítulo 9.
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