Sangre Mafiosa.

Capítulo 9.

Alessia se retocó un poco el cabello, juntándolo en una trenza.
Tomó un libro al azar de su biblioteca y bajó a desayunar. Mientras iba bajando por las escaleras, se puso a hojear el ejemplar que había tomado; se sorprendió al ver que había tomado un cómic de Iron Man. Por suerte, era uno de sus favoritos...

-¡Buenos días, Sía! -exclamó Rose desde la cocina, mientras preparaba lo que parecía ser té.

-Buenos días, Nana...

-¿Lo mismo de siempre? -la miró, y se encogió de hombros- Ni respondas, ya se que sí.

Ella solo sonrió y se sentó en la larga tabla color roble que se encontraba en el centro de el comedor.
Cuando Rose entró, cargando una bandeja, miró a ambos lados y se sentó con ella.

-¿Rose...?

-¡Sh! A que no sabes, niña...

-Esto... ¿Qué?

-Ayer, encontré a tu pequeño renacuajo escondiéndose en la cocina...

Soltó una risa traviesa, como si fuera una niña.
Alessia tardó unos minutos, y entendió que hablaba de Adam.

-Nana, llámalo Adam, por favor. Y ahora, ¿de quién se escondía?

Cruzó sus brazos sobre la mesa, y se acercó más a la mujer.

-¡De Luke! ¿Te lo puedes creer? ¡Si es la persona más buena del universo!

Alessia disimuló rápidamente la mueca en su cara. Después de lo que había escuchado la noche anterior no estaba tan segura.

-Sí, claro -respondió simulando una sonrisa.

Enseguida, Rose se dio cuenta de que algo andaba mal, pero por la cara de la chica sabía que ella no quería hablar.

-Bueno, te dejaré con tu Thomas, Alessia -dijo mirando el cómic que descansaba bajo la bandeja.

-Se llama Tony, Nana. Y ya quisiera estar con él -repuso riendo.

-Creo que ya tienes al tuyo, querida.

La mujer le guiñó un ojo y salio corriendo hacia la cocina, mientras la cara de Sía pasaba del rosado al rojo.

-¡Hola! ¡MI niña preferida!

Exclamó Luke, entrando en la cocina. Alessia se dio cuenta lo mucho que había resaltado el "mi" en su saludo.

-Buenos días, Luke -respondió cortante.

Él frenó en seco y miró hacia la cocina.

-¡Tu...! -señaló a Rose acusándola, la cual solo sonrió- ¡Traidora! ¡Se lo has contado!

Fingió un berrinche y se lanzó al sofá, mientras intentaba sollozar.

-¡Eras mi amiga Rose! ¡Yo te quería!

Una lágrima resbalo por su mejilla y sonrió satisfecho. Se acercó a la mesa y tomó en sus manos la taza de Alessia mientras mordía una tostada.

-¡Hey! -exclamó ella- ¡Eso es mío!

-¡Sht! ¡Estoy dolido! ¡¿No lo ves?!

Le dirigió una mirada de falso dolor y se fue escaleras arriba con una mano en el pecho... Y otra con su bandeja.

-¡Eres un...! -comenzó la chica.

-¡Pedazo de chocolate! -terminó él.

Alessia gruñó, como si fuera un perro, mientras Rose le alcanzaba otra bandeja.