Capítulo 50

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¡POV DEREK!
En un rápido movimiento agarro a Alice de la cadera y la arrastro hasta situarla delante y pegada a mí, con el arma sujeta a la altura de nuestra mirada, mientras las extrañas sombras continúan en movimiento.
Con algo más de claridad consigo distinguir su silueta, sea quien sea, lleva una pistola en la mano desenfundada, preparada para utilizarla si es necesario; sin  pensarlo mucho hago presión sobre el gatillo del arma y ésta se acciona creando un ruido sordo que aturde a nuestros tímpanos.
Pronto, unos gritos acompañan al pistoletazo, los cuales uno de ellos los distingo como los de Kara; al no saber cómo reaccionar, me mantengo estático y unido a Alice, la cual por culpa de los nervios y la incertidumbre, se ha adherido con fuerza a mi torso.
No mucho rato después soy cegado por la intensa luz de lo que parece ser una linterna procedente del principio del pasillo, esta, cada vez se aproxima más, dándome cada vez más visibilidad.

—¡Kara!— se escucha la voz de Brandon al lado de la luz.
De un momento a otro, todas las sombras son despejadas, dejándome a la vista lo que en ellas se escondían, creo que todos los presentes y en este mismo momento estamos con la boca abierta.

Kara se encuentra en el suelo, pero no herida, o por lo menos, no demasiado, a pesar de la sangre, que aparentemente no es suya, su cuerpo se encuentra sobre el de un hombre de no más de treinta y cinco años, de tez pálida como la nieve,larga melena castaña y ojos del mismo color, en su rostro se puede apreciar una fina cicatriz que se extiende casi desde la comisura de su boca hasta el final del pómulo; viste una ropas desgastadas, es decir, vaqueros rasgados y sucios, una larga chaqueta negra igual de embarrada que los pantalones, sin excepción de las botas, y sus manos lucen los típicos guantes sin dedos, su mano aún empuña una pequeña navaja y a varios metros de su cuerpo, se encuentra una ballesta.

Brandom al contemplar la escena, pasa la linterna rápidamente a Alice y la pide que se mantenga al margen, ella se limita a obedecer.
El moreno se abalanza sobre el hombre apartando a Kara para hacerse cargo él mismo; le zarandea hasta que ya este apenas tiene fuerzas.
—¿Quién eres?—pregunta Brandom
—A ti te lo voy a decir —como resultado de su desafiante respuesta, recibe un fuerte puñetazo en su mandíbula, el desconocido individuo cae desmayado.

Visualizo como Kara hace muecas de dolor, baja mi mirada a su camiseta, la cual está con una gran mancha roja a la altura de su costado; adelanto el pie derecho con intención de llegar hasta ella y curarla, pero Brandom se me adelanta y en su camino me lanza una mirada amenazadora, lo cual no hace otra cosa que enfurecerme más, él comienza a examinar su herida de manera superficial y yo me limito a observarles con seriedad, el castaño que se percata de ello, me dice sin mirarme:
—Haz algo útil y átalo—con resignación obedezco, paseo mi mirada por Alice para comprobar que este bien y me agacho junto al arquero, amarro sus manos con precisión y me levanto de nuevo. Me junto a Alice; quien parece alterada después de lo ocurrido y en ese momento es el único que cruzo la mirada con Kara, cosa que parece no gustarle al "héroe" de la película.

Tras el breve alboroto, Zayn se reúne con nosotros, consiguió conectar los plomos y la caldera, por lo que ahora disponemos de algo de luz y agua caliente, todo un lujo del que no podemos disponer todos los días.

Dos días después.
Los zombies de la zona no han tardado mucho en localizar nuestra posición, por lo que nos hemos visto obligados a reforzar puertas y ventanas con lo que podíamos, incluso ya hemos comenzado a desmontar sillas y mesas para poder usar la madera ; lo peor es que con eso solo conseguimos retrasar lo inevitable, pero a la vez, estamos cavando nuestra propia tumba.

Respecto al arquero, se despertó al día siguiente del inesperado encuentro; realmente pienso que no es mala gente, yo confío en él, pero Brandom nos obliga a todos a tenerlo atarlo, y solo por qué atacó a Kara, quien se recupera con rapidez del navajazo que recibió en el costado; es verdad que debemos andarnos con cuidado, pero no es de Willian ( que así se llama) de quién debemos cuidarnos.
Me ha contado varias cosas sobre su vida; bueno, su nombre es Willian tiene treinta y dos años y su historia no es muy diferente de la de cualquiera de nosotros; perdió a su mujer y a su hija de cinco años en Boston, hace apenas dos años, desde entonces, viaja solo, como alma en pena, ya no tiene esperanza, solo piensa en viajar hasta que un día se acabe su suerte y tras ella llegue su muerte, se limita a no morir, con eso para él es suficiente, es uno más de los cadáveres andantes, solo que este con vida.
No solo perdió a su familia aquel día, también le arrebataron su razón de vivir, y desde entonces su cordura se fue apagando cada vez más, hasta que ya apenas quedan ráfagas de aquello que la gente apreciaba tanto hacen tan solo unos años: una mente cristalina y acciones realizadas con juicio.

Respecto a Kara, evoluciona con rapidez, ya que la herida apenas era profunda, pese a ello, le quedará una cicatriz en recuerdo de esa noche. No he vuelto ha hablar con ella, ya que siempre que pienso en acercarme, Brandom se encuentra merodeando a su alrededor,

La noche es larga, pero no lo suficiente como para que a mi cabeza le de tiempo a desconectar y a mi cuerpo a descansar y lograr reponer esas energías que tarde o temprano necesitaré.

Los Turnos de sueño no han cambiado, por ello me encuentro una vez más en este incómodo sofá vigilando a Willian y al incesable cúmulo de zombies  de nuestro alrededor, que cada vez aumenta más su tamaño.
Y así, sin mucho más que días rutinarios y llevaderos, se me pasan: dos, tres, hasta cuatro días; en las que mi ocupación es estar con Willian, quien si fuese por mí, no mantendríamos amarrado; pero claro, los demás apenas  le conocen  ya que ni se han molestado en hablar con él; ellos no saben el calvario por el que ha debido de pasar,, se puede llegar a conocer muy bien a una persona en seis escasos días.

Me mantengo mirando el techo por un largo rato, pero sigo sin tener sueño, esta es la séptima noche, y realmente me he propuesto dormir, pero parece que soy incapaz de hacerlo, pese a saber que soy incapaz cierro los ojos y dejo que la oscuridad me inunde por unos minutos.  No sé si he logrado dormirme, solo sé que de repente abro los ojos como resultado de un fuerte estruendo y en pocos segundos se pasean por la estancia; trozos de cristales y tablones de madera adornan el suelo, dejando el camino abierto para que los zombies entren.
A toda prisa abandono la sala de estar para apresurarme escaleras arriba, cuando por fin alcanzó el inicio del pasillo de la planta superior, ya se encuentran todos saliendo de sus respectivas habitaciones con algo de desorientación.

Zayn es el primero en romper el silencio y pregunta:
—¿Qué pasa?
—Hay que irse, ahora.
Todos, ya conscientes de lo que pasa, comienzan a moverse para coger lo fundamental y largarnos.

Golpes y ruidos acompañan a un grito que logro reconocer al instante, el cual pertenece a Will, parece que todos pensamos  igual y al mismo tiempo nos precipitamos escaleras abajo, llego el primero, y visualizo la escena, las ventanas ya se encuentra totalmente rotas y los trozos de cristal se extienden a lo largo del suelo;la puerta principal ya ha cedido por completo, dando libre acceso a los zombies que andan detrás de Willian; él como puede, aún atado de pies y manos, se defiende con una silla; sin pensarlo ni un segundo, me adelanto aún más a los demás, en ese instante noto un tirón de la camiseta que me impide continuar, me giro y veo el rostro de Alice:
—¿Merece la pena?—pregunta
—Sí— me suelta y llego con cuchillo en mano hasta donde se encuentra Willian.
Hundo el cuchillo en el cráneo de cada zombie que se me pone en medio, al principio estoy solo, hasta que Kara se coloca codo con codo a mi lado, y me ayuda a acabar con todos los Zetas que están en medio, hasta que con un segundo de paz logro cortar las ataduras del arquero.
—Gracias—nos dice, a lo que yo respondo con un simple asentimiento de cabeza, nos encaminamos hacia las escaleras, donde se encuentran los demás con el propósito de huir de la gran masa de zombies que siguen luchando por entrar en la casa.

Apocalipsis ZWhere stories live. Discover now