Apocalipsis Z

Capítulo 35

Decenas de zombies nos siguen de cerca, cada vez estamos más cansados y cada vez nos adentramos más en la ciudad.
Mis ojos se fijan en unas escaleras que son la entrada del metro, Brandom parece reparar en lo mismo y gritamos a la vez:
—¡Por ahí!
Aceleramos el paso y bajamos la escalera a toda prisa, aquí abajo esta oscuro y huele a humedad, aún así seguimos corriendo; atravesamos la puerta principal y bajamos a la vía; los zombies se amontonan, empujan y apelmazan a nuestra espalda.
Sin aliento, en una división de la vía nos terminamos dividiendo en dos grupos: en uno vamos Harry, Tod y yo; y en el otro van Brandom, Alice, Zayn y Rex.

En ocasiones me parece irreal lo fuertes y resistentes que pueden llegar a ser los zombies; a lo largo de estos años he tenido que enfrentarme a los zombies en varias ocasiones, aunque es verdad que en menos situaciones de las que nunca imagine, pocas veces he corrido peligro de muerte, tiene gracia, siempre estamos en peligro de muerte, pero desde que estoy con los chicos me siente más segura que nunca, incluso más segura de lo que nunca estuve con Ethan.

Harry a tenido que agarrarme y tirar de mi, no puedo más, estoy exhausta, las piernas me flaquean y las rodillas me tiemblan.

Las balas no valen de nada, aún nos quedan algunas, pero parece que si matas un zombie aparecen dos más por lo que decidimos correr hasta encontrar una salida o morir.

Cada paso se me complica más, mis pies me fallan y caigo al suelo de rodillas, Harry se para mi lado y evita que un zombie se me eche encima, tira de mi hasta que me pongo de pie y tras un par de minutos más de carrera, dice:
—¡Ahí!
Me lleva hasta una puerta que hay a un lado de la vía y la abre con facilidad, la atravesamos y la bloqueamos con una barra de hierro que había ahí tirada.

No sé cuánto aguantara la puerta, pero no me importa no puedo más, me deslizo por la pared hasta caer al suelo, Harry hace lo mismo y Tod parece hacer lo mismo ya que se tira en el suelo, el silencio nos inunda, claro esta acompañado de nuestras fuertes respiraciones y de algunos golpes en la pesada y ancha puerta de hierro.

Tod gruñe y yo levanto la vista hacia Harry, pero me arrepiento al instante, su brazo esta cubierto de sangre, su mirada y la mía conectan y no me doy cuenta de que estoy llorando hasta que él se acerca y me quita las lágrimas.
—Lo siento—digo
No puedo evitar sentirme culpable de que le hayan mordido.
—No tienes que disculparte—debate él
—Claro que sí, es mi culpa
—No lo es, fue un accidente
Todo se queda en silencio, no sé qué decir, debería haber sido a mi.
—Me harás un favor —dice y asiento—dile a Alice que la amo
En esto saca su pistola y me la da, al ver que me tiembla la mano, él la sujeta por el otro lado, se la dirige a la cabeza y me ayuda a apretar el gatillo, su cuerpo cae sin vida al suelo y yo estalló en llanto.

Pasan los minutos y yo sigo ahí sentada sin hacer nada útil.
Esto es justo lo que quería evitar, es normal que las personas mueran, todos muere tarde o temprano, pero esas muertes no tienen porque afectarte, y si es así, te hundes como yo me hundí cuando murió Ethan.

Ahora ¿qué le diré a Alice?

Los gruñidos de Tod me traen a la realidad, la puerta recibe fuerte golpes, no creo que aguante mucho más.