Capítulo 1

1K 196 157
                                    

No, no, no, no, no.

¿Por qué? ¡No puede ser! Es lo único que me faltaba.

¿Qué se supone que haga sin mi celular?

¡Estúpida!

¿En qué momento se me ocurrió dejar mi cargador en la maleta? No, más bien, ¿cómo se me ocurrió dejar la maleta, con el cargador, en la casa de Lin?

Piensa, Kylie. ¿Cómo vas a llegar al aeropuerto a tiempo? Según mi reloj faltan dos horas para que el avión salga. No puede ser tan difícil. No tengo mi gps pero todo el mundo debe saber donde está el aeropuerto, ¿cierto?

Sólo espero encontrar a alguien que me entienda.

***

Está bien. No. No es fácil conseguir a alguien que hable español y que además sepa donde está el aeropuerto. Los únicos que lo hablan son los turistas y, al igual que yo, no tienen ni puta idea de dónde está el aeropuerto.

He caminado por cuatro cuadras completas en zapatos altos buscando un mapa de la ciudad y cuando por fin encuentro uno está en coreano. ¡Me lleva!

¿No se te ocurrió mejor viajar a España? Hubiera sido más sencillo conseguir direcciones.

Ya no puedo seguir andando. Me debato mentalmente si sentarme en el suelo o seguir andando cuando veo una parada a una cuadra.

Cuando llego me dejo caer en la banca junto a un chico y una mujer embarazada mientras apoyo mi cabeza en ambas manos.

Ya pasó media hora. Estuve caminando sin rumbo por media hora. Y ni siquiera traigo efectivo para pedir un taxi. Jamás vuelvas a dejar todo tu equipaje, Kylie. Es una suerte que traiga mi celular en el bolsillo. Pero de nada me sirve sin batería. ¿Quién en este siglo no carga su celular? Mejor dicho, ¿quién en estos tiempos no carga con su cargador?

Cierro los ojos y me golpeo mentalmente.

Pendeja, pendeja, pendeja, pendeja, pendeja, pendeja, pendeja...

--Debes de odiarte mucho, ¿cierto?

Elevo la vista de inmediato. ¿Qué mierda?

--Digo, no todos los días te encuentras a una chica que se dice pendeja siete veces seguidas en menos de--ve su reloj--diez segundos.

¿Contó las veces? ¿Contó los segundos? Espera...

--¿Me escuchaste?

--¿No tenía qué?

Me cubro la boca y mis ojos se abren. ¿Pensé en voz alta de nuevo? No puede ser. Me golpeo la frente.

--Pendeja.

--Ocho.

Me suelto a reír.

--Deja de hacer eso.

--¿Qué cosa? ¿Hacerte reír?

-- Avergonzarme. ¿Qué va a pensar la señora de mí?

--¿Cuál señora?

--La...señora...

Ya no estaba. Ni siquiera noté cuando se fue. ¿Cuánto tiempo llevo aquí?

--¿Sabes qué hora es?

--Llevas como diez minutos en esta parada, si eso es lo que querías saber.

--¿Me estás espiando o algo así?

--Comencé a ponerte atención cuando nos quedamos solos. Después de ayudar a "la señora" a subir al camión.

--¿Lo hiciste?

--En serio no te diste cuenta de que desaparecí. Acabas de herir mis sentimientos.

Hace un gesto de dolor falso. Tan falso que es gracioso. No puedo evitar reír de nuevo.

--Ya basta, vas a hacer que comience a llorar.

Y así fue como la simple mención de la palabra "llorar" me hizo querer llorar de nuevo. Suelto un suspiro y me tallo la cara con ambas manos. ¿Por qué hoy?

--¿Qué pasa, chica?--pasa su brazo derecho por mis hombros y me acerca a él--. No era para tanto.

--No es eso.

Quito su brazo. Después de todo no lo conozco.

--Ha sido un mal día.

--Y ni siquiera es medio día.

--Estás obsesionado con el tiempo.

--¿Quieres contarme?

--Tengo tan solo--veo mi reloj con un gesto exagerado--dos minutos de conocerte, y ya quieres que te cuente mi vida. Eres muy extraño.

De verdad es diferente. Sigue siendo un asiático pero hay cosas de él que me llaman la atención. Su cabello verde, por ejemplo.

--Esta bien. No volveré a hacer eso. Pero, en serio, cuéntame. Podría ayudarte.

Tal vez pueda confiar en él. Después de todo el verde es mi color favorito.

--De hecho puedes. ¿Eres de aquí, cierto?

--¿Cómo lo supiste?--dice alzando las cejas.

--Mira, tengo menos de dos horas para llegar al aeropuerto, y supongo que conoces el lugar mucho mejor que yo. Así que se me ocurrió que tú podrías...

--¿Me estás pidiendo que pase una hora de mi vida ayudándote a encontrar tu avión?

--En realidad con la dirección me basta--digo haciendo un gesto de falso desagrado--. No quiero hacerle perder su valiosísimo tiempo, señor am...

¿Cuál era su nombre?

--Soy Suga, y no te preocupes, el día de hoy seré tu guía.

--¡Que afortunada!--digo con sarcasmo.

Me levanto, camino por la banqueta y espero a que me siga. Después de dar la vuelta a la esquina me doy cuenta de algo.

No lo hace.

Regreso por dónde vine y pongo mi expresión molesta falsa.

--¿Qué haces?--pregunto frunciendo la frente.

--Es para el otro lado--responde riendo.

Her name was Kylie |Suga BTS| #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora