Capítulo veintisiete.

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Valeria.

Siento que mi hermano se presentara en casa sin avisar - me dice Raúl mientras trabajamos.

-No importa - le digo - solo me lleve un susto, pense que habian entrado a robar.

-Se habría pillado un pedo y se fue allí para que mis padres no lo pillasen - dice negando con la cabeza.

-A mi padre le encanto el jardín - le digo y él sonrie aliviado.

-Me dijo que me daba el visto bueno para su hija - me dice y abro los ojos como platos.

-¿Mi padre ha dicho eso? Lo mato - digo rodando los ojos.

El padre de Raúl lo regaña y sale fuera a atender a los clientes que estan sentados en las mesas mientras yo me quedo en la barra.

-Buenos días compañera - dicen a mi espalda.

Mierda.

-Hola Eduardo - digo sin girarme.

-Vamos a hablar lo sabes, ¿verdad? - sonríe acercandose a mi, mientras le sirve algo a la rubia que le esta comiendo con la mirada.

-No hay nada de que hablar - le digo y el suelta una carcajada.

-Cariño, cuando termines el turno vamos a hablar, no acepto no por respuesta - dice.

Resoplo y me voy al otro lateral. Tras lo que me ha dicho la jornada se me pasa demasiado rapida. Cuando termino le aviso y viene junto a mi fuera de la playa.

-¿Qué fue eso? - me dice.

-Nada, no paso nada - le repito.

-No parecía lo mismo cuando abrí la puerta - me dice.

-Te juro que no paso nada - digo y asiente conforme.

-Sí por tu parte, te creo, pero ese chaval... que se ande con cuidado eh - dice - a mi hermano le gustas, y le gustas enserio, no como una pivita más, no habia enseñado a nadie nuestra casa de campo, asi que, imaginatelo.

-¿Se lo vas a decir? - le pregunto a lo que él niega - gracias, de verdad, me gusta mucho y no quiero que por esto se vaya todo a la mierda.

-No te preocupes, y al chaval ese aire - me dice y asiento aliviada.

Me despido de él y voy al barco corriendo, ya que me estan esperando para comer.

-Vamos cariño, la paella esta lista - me dice mi padre cuando subo.

-Voy a cambiarme volando - digo y voy corriendo a mi habitación.

Cuando abro la puerta y veo el panorama la cierra de inmediato y me quedo fuera con la expresion más bien de susto que de otra cosa. Unos segundos más tarde se abre la puerta y la verdad es que me estoy muriendo de la verguenza.

-Lo siento - digo rapidamente y esquivo a Daniel entrando en la habitacion y cerrando la puerta para quedarme sola.

Como decirlo sutilmente, le he visto todo el cimbrel mientras se estaba cambiado. Dios, que asco. Mientras intento borrar esa imagen de mi cabeza me cambio lo más rapido posible y vuelvo con los demas.

-Vamos chica, que tenemos hambre - me dice Jesús ansioso.

Suelto una carcajada y voy hasta su lado para sentarme y empezar a comer.

-Pensaba que me moria del hambre - me dice.

-Siempre te quedará el chocolate - le digo y me mira pensativo.

-O te podría comer a ti - me dice.

-Te mataría antes - le digo y hace una mueca rara.

-Me quedará el chocolate entonces - dice.

-Hijo comete lo que tienes en el plato y deja el chocolate ahora - le regaña su madre.

-Jodete, por querer comerme - digo currita.

Todos hablamos de que esta tarde zarparemos y tenemos pensado pedir unas pizzas para cuando volvamos.

-Hijo, ¿te ha comido la lengua el gato? - le dice Eva a Daniel.

-Eh - dice él levantando la vista de su plato.

Mira a Eva y esta suelta una carcajada contestandole que esta en la parra. Después fija su mirada en mi, y ninguno dice nada, hasta que la aparto por verguenza. Jesús nota el momento tan extraño pero sigue con su comida y no dice nada.

-¿Qué pasa con Daniel? - me susurra Olivia disimuladamente.

-Le he visto desnudo - digo haciendo que se atragante que con el agua y monte el pollo del siglo - ¿estas bien?

-Si, si, que se me habia ido por otro lado - dice para calmar al resto de la mesa - oye, Val, acompañame a por más bebida - dice cogiendome del brazo y arrastrandome literalmente - ¿qué me acabas de contar? - pregunta incredula.

-He abierto sin llamar y ahi estaba cambiadose - digo rapidamente y moviendo la cabeza nerviosa.

-¡Joder! ¿Y qué has dicho? - pregunta y niego para darle a entender que nada - perfecto Valeria.

-Me he quedado atónita y he cerrado la puerta a la velocidad de la luz - le cuento y empieza a reirse a carjada limpia, cosa que no entiendo.

-¿Atonita por el tamaño? - dice y abro la boca asombrada, pero finalmente me descojono junto a ella - ¿grande, depilada, o viceversa?

-No pienso contestar a eso - le digo cogiendo bebida y volviendo.

Terminamos de comer y nos vamos a mi habitacion los gemelos, Olivia y mi hermano para estar tranquilos sin los padres rondando y cotilleando.

-Mami que será lo que tiene el negro... - canturrea Olivia haciendo que la mire con un odio mortal y deseando matarla.

Todos la miran cual loca y ella solo se descojona mirandome a mi.

-¿Qué narices? - dice Jesús.

-Nada, esta loca - contesto rapidamente - una loca a la que le queda poca vida - le digo amenazante.

-Uy mami - me sonrie divertida.

Le hago un gesto de muerte y ella fuerza más su risa.

-¿Qué negro? - dice mi hermano.

-Pues... - empieza a decir Olivia pero la callo.

-Uno del chiringuito, que ha venido esta mañana - digo.

-A ver... que Raúl se pone celoso - dice Olivia sonriendo cual bruja.

-Eh Dani, ¿te pasa algo? - le pregunta mi hermano a lo que él niega rapidamente.

-Solo estoy cansado - dice él.

-Venga Dani que hay confianza dinos que te pasa, para lo que tu eres estas calladisimo - insiste Olivia.

-No me pasa nada - dice - de verdad.

-Bueno, pues tío habla relacionate - le dice mi hermano.

-Para - le digo, todos centran su mirada en mi y solo puedo mirar a Daniel, quien tiene una cara bastante extraña.

-Bueno, ¿cuando volvemos a la casa de campo de Raúl? - dice Olivia.

-Nunca - soltamos Daniel y yo a la vez.

Creo en ti ||gemeliers||Where stories live. Discover now