Corazón

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Atrapado a muerte y sin la capacidad de pedir ayuda dejé mis nervios a un lado y acepté que el dolor consumiera todo mi cuerpo, si ese era mi momento de perecer nada ni nadie podría detenerlo, Estigma logra llegar a mi corazón con sus uñas pero se detiene bruscamente y muy suavemente entierra una de ellas depositando una sustancia que provocó en mí aún más dolor del que ya sentía, una vez finalizado su ritual retiró sus manos que lentamente volvían a ser las normales y las coloca rodeando mi cintura nuevamente como si nada hubiera pasado.

¡MALDICIÓN! Sea lo que fuese que me hubo inyectado su ardor era tan potente que dejé caer todo mi cuerpo sobre Nidae y con las pocas fuerzas que me quedaban comí un pétalo para detener el sangrado de mi pecho. Sentí como el líquido se esparcía lentamente en mí llegando a cada una de las extremidades apoderándose de cada órgano de mi cuerpo, ésta sensación duró una eternidad además al no poseer la capacidad de hablar me sentí preso de una pesadilla que no parecía acabar. Llegó el momento en que la sustancia dejó de moverse y para mi sorpresa comenzó a retroceder hacia su génesis, al cabo de un rato toda esa sensación se concentró en mi corazón y empezó a ser absorbida por éste mismo hasta que desapareció por completo, una vez liberado y con la mente totalmente en blanco traté de comunicarme

-¿Cuánto falta?- me alegre un poco al percatarme que mi voz había regresado y miré mi pecho para notar que de alguna manera estaba regenerándose

-Casi nada, pronto llegaremos al pueblo de Bilis ¿podrías avisarle tesoro?- respondió Nidae a todo pulmón

Voltee mi cabeza y lo distinguí echado sobre el lomo del animal mostrando toda la espalda a Estigma y a mí, al parecer también se había quedado profundamente dormido por lo que decidí avisarle más tarde. Una vez llegamos al pueblo incliné mi mano hacia atrás y palpé lo que más pude la espalda de Bilis dado que Estigma no se despertaba y mis brazos no eran lo sufrientemente largos para llegar fácilmente

-Ya hemos llegado señor Bilis...despierte- éste tan lento como un perezoso comenzó a erguirse y a bostezar desenfrenadamente

-Vaya que cansado estaba, incluso me quede dormido todo el viaje, esto es lo que ocurre cuando tu jefe te sobreexplota- le respondí con una sonrisa pero no por su anécdota sino porque estaba aliviado de que no hubiera participado en el espectáculo ocurrido. Se bajó de la leoparda y al ver que había llegado a la entrada de su pueblo exclama

-Espérenme un momento, quiero darles una recompensa- se retiró corriendo perdiéndose entre la multitud

-¿Qué querías decirme antes? Por algo jalaste mi pelo ¿no es así?- preguntó Nidae desinteresada

-No fue nada, un espasmo que tuve al despertar al notar que no estaba en mi cama

-¿Estigma sigue durmiendo no es así?

-Así es, tiene el sueño muy profundo este muchacho

-Pues así son los trinca precioso, pueden estar días sin dormir pero cuando realmente tienen sueño no despiertan con casi nada- suspiró al decir esto

Estuve a punto de preguntar sobre su tenebroso sonambulismo pero me detuve al ver que Bilis ya estaba de vuelta y a unos pasos de nosotros

-Además de obrero también soy artesano, miren les voy a obsequiar mis últimas obras de arte- con mucho orgullo nos mostró unos anillos color negro que brillaban hermosamente con el sol- ten amigo- me otorgó uno de ellos y yo con mucho respeto me lo coloqué en el dedo de inmediato para que notara mi fascinación por su trabajo- no sé si quieras colocarte uno gatita, podría colocarlo en tu cola

-No gracias- respondió secamente- cualquier objeto sobre mi cuerpo hace empeorar mi rendimiento, sobre todo cargas como ustedes

-Está bien, relájese señorita, cuando la vea otra vez le regalaré algo que sea de su gusto- me miró fijamente - este es para tu amigo el dormilón, dile de mi parte que sea fuerte y que lo admiro a más que nadie en el mundo ya que pese a su misión horrorosa no ha perdido del todo la cordura

-Yo se lo diré señor- dije con un gesto al escuchar las barbaridades que me decía

-Que les vaya muy bien en su travesía chicos, cuando quieran pueden visitarme en la cabaña 606, mi esposa siempre hace pasteles a las visitas de seguro les encantarán, bueno no quiero retrasar su viaje así que cuídense y gracias por todo

Dejamos al pobre hombre y nos retiramos siguiendo la misma ruta de siempre y al cabo de un rato llegamos a los pies de una gran colina

-Es hora de que despiertes al trinca, ya estamos llegando a la capital

-¿Pero cómo? No parece despertar con nada

-Todos los de su tipo tienen una parte de su cuerpo que es más sensible de las demás ¿sabes a lo que me refiero?- dijo deteniéndose y volteándose lo que más podía para enseñarme una picarona sonrisa

-Aaaaa si lo sé, en nuestro mundo es similar a lo que llamamos talón de Aquiles, pero eso solo ocurre en cuentos antiguos

-Emmm si, algo asi- dijo resignada volviendo a avanzar pero a pasos lentos- solo muérdele la oreja derecha y listo

Me erguí bruscamente para que Estigma aún abrazado de mi quedara en la misma posición que yo y me acerqué lentamente a su oreja para mordérsela con todas mis fuerzas y sin piedad por todo el sufrimiento que me había hecho pasar, el rubio espantado despierta de un salto y le suelto la oreja rápidamente

-¿PERO QUE?....ELOIS...¿YA HEMOS LLEGADO?...¿DONDE ESTA EL SUJETO DE ATRÁS?- exclamó

-Ya regresó a su pueblo y nos estamos acercando a la capital- dijo Nidae

-Vaya...no me di ni cuenta cuando bajó, estaba muerto de sueño

-¿Tú eres sonámbulo Estigma?- pregunté

-Pues...no que yo sepa...¿por? ¿acaso hice algo que te incomodó mientras dormía?- me dio una mirada de preocupación sin rastro de maldad, por lo que decidí callar lo acontecido para sacarlo en cara cuando fuera el momento correcto

-No..solo movíste los brazos un poco

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