El Bosque

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Al fin era verano y nuestras vacaciones comenzaban. Mi hermano y yo íbamos en camino a la casa de la abuela a pasar nuestras cortas vacaciones. Ella vivía en el campo, muy alejada de la civilización, ni siquiera la cobertura de los celulares llegaba bien, pero eso no nos importaba, esa era la gracia según nosotros, pasar unos días despegados de la esclava Internet. Nuestros padres nos llevaron en su auto y llegamos muy tarde, por lo que ellos tuvieron que alojarse aquella noche para regresar con energías en la mañana. Para ese entonces yo tenía 13 años, jamás pensé que aquel lugar seria el comienzo de una tragedia. Seré breve, un día mientras mi hermano y la abuela dormían, salí de casa para inspeccionar a fondo el lugar. En si era un rancho muy lindo, habían animales y todo de tipo de plantas, muy lindo pensé yo, pero, al fondo del paisaje divisé un frondoso bosque que irradiaba una extraña sensación. En ese entonces yo era demasiado ingenuo y con ese orgullo que aparece cuando uno es menor y querer hacerse de aventurero corrí hacia él para adentrarme en sus entrañas. Era sencillamente hermoso, totalmente de ensueño, caminé por él durante unos minutos y me encontré con una pequeña laguna, lo que más me sorprendió era que era pura, demasiado limpia para ser real. Aún me arrepiento de haberlo hecho, en ese momento sin pensarlo demasiado puse mis piernas en ella, era muy fría, era perfecta ya que aquel día el calor era insoportable, por un momento fugaz tuve el pensamiento de huir de ahí para decirle a mi abuela lo que había encontrado, pero decidí quedarme ya que aún era muy temprano. Me adentré en el pequeño lago y nadé por el durante unos minutos, estaba muy feliz, pero mi espíritu aventurero reapareció y me ordenó hundirme en ella, quería recoger algunas piedras para después mostrárselos a mis amigos. Así que me consumí y nadé lo que más pude, en verdad que era pura el agua, podía ver todo, lo extraño era que no parecía tener fin, cuando mis pulmones empezaron a golpear mi pecho decidí volver a la superficie, pero para sorpresa mía al voltearme me encontré con piedra sólida.

-NO, ESTOO ES UNA BROMA! - caí en pánico, esto no tenía sentido, me sentí tan estúpido, me había condenado yo solo- HERMANO.....NOO NO PUEDO DEJARTE SOLO- en ese momento empecé a marearme, con el susto casi abro la boca y me hubiera ahogado de una, pero aquella vez mi instinto me salvó, seguí nadando hacia abajo que al parecer se había tornado hacia arriba y divise luz, divisé el fin del agua

-AAAAAAAAAHHHHH...COF COF.COOOF- había salido del lago alfin, nade hacia una orilla y demoré unos segundos en re oxigenar mis pulmones. Cuando estuve mejor levanté la vista y me calmé al ver que había vuelto al mismo bosque. Me levanté y me dispuse a volver a la casa de la abuela, pero para mi sorpresa donde se supone que estaba solo había más bosque. Asustado, mis piernas flaquearon y caí al suelo de rodillas procesando lo que había ocurrido. Hundido en mis pensamientos volví a estar consciente cuando escuché pasos cerca, me levanté y puse mis pies en posición de correr, pero esperé para ver qué era lo que me vigilaba, de entre los arbustos apareció un adorable conejo gris. Aunque no lo crean eso me asusto, ya que este animal podría estar siendo perseguido por otros animales que realmente estén hambrientos. Y ocurrió algo inesperado, el pobre animal empezó a chillar y note que fue debido a que un objeto le había caído en el ojo, al rato vi perfectamente como desde arriba otro objeto le caía en el otro ojo, al observarlo bien noté que eran dardos. Entre en pánico y corrí hacia la laguna por la que había salido y me detuve al ver que este ya no existía, se había secado por completo, solo podía verse una hendidura como si un inmenso animal hubiera dejado una huella.

-SACA TUS ARMAS AHORA- escuché, di media vuelta y divise a un niño como de mi edad de pelo rubio que me indicaba con un dardo, en su otra mano llevaba a un conejo muerto, el mismo que había visto antes pero esta vez con dardos por todo el cuerpo y estaba completamente  bañado en sangre.- RESPONDE

-Yo vengo de otro lugar, podrías decirme donde estamos- de repente sentí un gran dolor en el hombro y al verlo note que me había lanzado uno de sus aguijones, si bien no estaba tan profundo su efecto adormecedor era impresionante luego ocurrió lo mismo con mi muslo izquierdo. Mi pierna dejo de obedecerme por lo que caí al suelo sobre mi brazo el cual tampoco reaccionaba.

-Escucha ente, fue mala idea venir a estos bosques, no queremos visitas estos días- dijo el rubio mientras sacaba más dardos del bolsillo- estas bellezas son mis tesoros, tienen un potente veneno que anestesia lo que toca, y no solo eso, si muchos tocan tu piel morirás de un infarto- una sonrisa salió de su rostro- NO CAEREMOS ANTE USTEDES

Traté de levantarme lo que más pude y me concentré en defender mi posición, el rubio comenzó a apuntarme por lo que decidí gritarle lo primero que se venía a mi mente- NO SE DE QUE HABLAS, yo llegué aquí por el lago, este lago

-No hay lagos en este bosque amigo, en verdad estas corto de ideas-su sonrisa era cada vez más grande y perturbadora dudé incluso si él era mitad lobo o algo por el estilo -ahora muere

En ese momento moví todas mis energías a la pierna derecha dando un giro en el suelo evitando su ataque pero cayendo al lago seco. Debo decir que me dolió bastante, ya que la que sufrió todo el golpe fue la espalda. Alcé la mirada y vi a mi perseguidor con cara de indignación su cara lobuna cambio inesperadamente

-¿Este lago dices?

-SIII- el niño se lanzó cayendo a mi lado pero de cuclillas no haciendo ruido alguno, lanzó el cadáver del conejo y se concentró en mí

-Debí imaginármelo- me levantó y sostuvo en brazos, cosa que me impactó dado su pequeño físico y me lanzó de tal manera que salí del agujero, pero cayendo de cara sobre el pasto, voltee el rostro y vi como el otro llego arriba con solo un salto. Se acercó a mí y saco los aguijones de mi cuerpo 

-Ya pasara el efecto, tranquilízate- se sentó al lado mío como tratando de remendar lo que había hecho. Ahora que la tensión habia desaparecido lo miré detalladamente tenía unos enormes ojos azules y una vestimenta bastante ridícula para mi gusto, era muy similar a la de un bufón- Mi nombre es Estigma, y el tuyo

-Elois- respondí, hubo un gran silencio, escuché como el viento soplaba y emitía un extraño ruido al pasar por los árboles, noté que mi ropa no estaba seca del todo

-Escucha Elois, la razón por la que no te he matado es porque tengo curiosidad, verás ese "lago" que dices tú jamás ha existido, siempre ha estado esa fosa vacía, pero existe una leyenda que cuando los tiempos están muy difíciles la tierra llama a seres de otros mundos en busca de ayuda y sin necesidad de lluvia se llena de agua. Antes creíamos en ella, esperábamos ansiosos la llegada de nuestro salvador, pero últimamente hemos perdido la esperanza, la guerra contra los entes se ha esparcido demasiado, quedan muy pocas tierras habitables para nosotros, y justo cuando estábamos por rendirnos, apareces.

Yo no entendía nada de lo que decía, yo solamente quería volver junto con mi hermano y la abuela. Pero al parecer eso era casi imposible, opté por la opción de escuchar lo que me decía y tratar de ayudarlo para ver si encontraba una forma de volver y abandonar toda esa locura.

-Además, estas empapado, y el agua por aquí es muy escasa, ahora está siendo protegida por mis compañeros en un pozo- me miró de forma muy seria y detenidamente por unos minutos como si tratara de intimidarme, pero luego al parecer se aburrió de ello- En fin, el efecto ya debió haber pasado, ven te enseñare este lugar- me tomo un brazo y me levantó, me alegré bastante al notar que podía mover mis extremidades.

Caminamos por el bosque, el cual era aún más bello que el de mi "mundo", el color era aún más vivo e intenso.

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