❀ Daddy's Girl; Rubén❀

✿ Cinq ✿

Con algo de prisa, agarró su abrigo y besó a su padre en la mejilla.

— Te amo, y ojo con los niños. — Ella le otorgó una hermosa sonrisa.

— ¡Que sí papá! — Bajó del auto, cerrando la puerta. Al ver como se alejaba el coche de su padre, hacia un gesto con sus manos saludándolo.

« ¡Ahora a sobrevivir! » Pensó la castaña, no le costaría mucho la hora de Literatura, el profesor estaba bastante caliente con esas piernas que ella poseía.

Caminó hasta la puerta del instituto y aplicando algo de fuerza la abrió, el típico pasillo dónde estaban todos clavando su mirada en los que entraban, algunos querían ver de cerca las bragas que ella traía, otros solo querían ligar con ella. Pero al final del pasillo estaba Valentina, la rubia que mas odiaba.

— ¡Amiga! - Saltó Valentina. — Que gusto verte tan... ¡Radiante! — Juro que esa sonrisa era de víbora.

— Digo lo mismo, ¿Que tal? — Arregló su falda. — Hoy ¿Vienes a mi casa? — Sonrió.

— ¿Va a estar tu papá? — Pícara sonrió.

— Sí, ¿Por qué preguntas? — Indagó sobre el interés de su "amiga".

— Es que está buenote ¿No Silvia? — La chica de pelo negro y ojos azabache sonrió.

— Ha, Ha, Ha. ¿Quieres tirarte a mi Padre?— Cerró su puño.

— ¿Quien no? Esos ojos, esa boca... ¡Tengo sueños húmedos con él! Clara, quiero que el me coma el coño. — Ella sola se estaba riendo de tal estupidez. —¿Le viste la polla? ¿Grande o pequeña? No importa, me la meter... — Clara agarró los cabellos rubios de su "amiga".

— Mira, bonita arpía. No te emociones, él es MÍ padre, aleja tu malditas garras de gata de él. ¡Sabes que eres Barbie muerta si lo tocas! Que no me entere de eso, corazón. — Había ignorado sus quejidos y para finalizar besó su mejilla. — Hoy a la salida te espero... Amiga — Sonrió victoriosa, siempre obtenía lo que quería.

Sin decir una palabra entró por la puerta blanca, llevándose la mirada del profesor Andrés.

Los hermosos ojos, color verde de Andres, ese traje algo sexy y aquél rostro. Ninguna mujer podía decirle que no, sin embargo Clara era una de esas mujeres que le dijo »No«.

— Buenas tardes señorita Doblas — Habló con sarcasmo.

— No jodas — Le guiñó un ojo. — De la clase y listo. — Clara era muy caprichosa, quería que todos hagan lo que ella quiere, o se le ocurre.

— ¿Estamos en esos días del año donde dormiste mal? — Se carcajeó.

— ¡No jodas! ¿Que parte no se entiende? — Eleva su tono de voz. — Estúpido. — Fue directo a su banco.

« Ahora se cree mucho, todos tienen algo de odio hoy? Yo estoy de lo mejor, no quiero que me molesten. Ahora esta estúpida de Valentina ¡Quiete follar a mi papá! Ja, ja, ja. Las cosas se le van a hacer difícil. »

— ¿Verdad señorita Doblas? — Dijo el castaño.

— ¿Qué? , si, no sé. — Clavó su mirada en el piso, no quería hablar.

— Presta atención, luego de clases te quedas.— Fue el quién guiñó un ojo, y sonrió victorioso.