Capítulo 13 -Cerveza, música y revelaciones

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-¡Dean! -lo llamé para que se detuviera.

Me llevaba de la mano, casi corriendo, pero al escuchar su nombre saliendo de mi boca se dio la vuelta, me abrazó y me besó. Yo le eché los brazos al cuello y quedamos perfectamente entrelazados, justo donde nos esperaba el auto aparcado.

Al despegar sus labios de los míos, me abrazó con mayor fuerza, casi hundiendo su rostro en mi cuello. Sentir su respiración tan cerca de mí me hizo experimentar el más simple y hermoso de los placeres.

-Perdóname -fue lo que dijo al separarse un poco de mí- Perdóname por todo. He sido un idiota, te he tratado mal, te he roto el corazón más veces de las que puedo contar y todo porque soy un estúpido que no sabe apreciar lo que tiene hasta que...

-... hasta que lo ve con otro -terminé su frase, sonriendo.

-Lo siento, de verdad traté de controlarme. Estuve a punto de irme después de que besaste a ese idiota...

-Él me besó.

-¡Como sea! -dijo exasperado- Enloqueci cuando lo hizo, sabía que si lo volvía a hacer no iba a poder contenerme.

-Dean -tomé su rostro entre mis manos- No eres un estúpido que no sabe apreciar lo que tiene; eres un estúpido que no es capaz de aceptar lo que quiere.

Me miró varios segundos hasta que dejó escapar una risa.

-Tienes razón.

-Aún así, creo que hay varias cosas que tú y yo debemos hablar.

-Claro -asintió- ¿Cerveza?

-Y esa cinta de baladas que escondes en tu cuarto.

-Idiota -sonrió y me empujó.

Caminamos hasta el Impala, que lucía increíble. Aún le faltaba uno que otro detalle por terminar, pero en términos generales, Dean había hecho un muy buen trabajo.

Fue hermoso poder viajar con Dean en el auto que había sido testigo de nuestra larga amistad. Siempre había sido el asiento predilecto para beber cerveza y conversar de cualquier idiotez. Si hubiese podido hablar, tendría muchos secretos nuestros por revelar. Y ahora, con Dean y yo huyendo del baile de graduación tras habernos besado, volvía a ser testigo nuestro y cómplice, además.

Fuimos a la casa de Dean, Bobby había salido a jugar poker con unos amigos, así que no volvería temprano. Dean y yo tomamos cervezas del refrigerador, algo de comida chatarra y salimos a disfrutarlo en nuestro lugar favorito. Puso música en el estéreo del Impala y nos sentamos sobre el cofre, como siempre.

-Vas a arruinar tu smoking -me dijo, comiendo un puñado de papas fritas.

-Es rentado -dije, encogiendome de hombros.

Bebimos una cerveza en completo silencio, salvo por la música que salía del interior del auto. Al abrir la segunda cerveza, Dean me preguntó:

-¿Te gusta?

-¿Qué? -pregunté a mi vez, sin comprender.

-Michael -respondió rápidamente y bebió un sorbo de su cerveza.

-Digamos que... estuvo ahí cuando lo necesité.

-¿Eso qué significa? ¿Que lo usaste? -dijo en tono burlón.

-No. Significa que me sentía en deuda con él y, en algún momento, pensé en corresponderle dándole una oportunidad.

Bebió un largo sorbo de cerveza y yo aproveché para preguntarle:

-¿Te gusta Jo?

Dean negó con la cabeza, mirando su botella. Luego alzó la vista y dijo:

-Cuando decidí alejarme de ti, volví a buscarla y le pedí perdón; también le pedí que fuera conmigo al baile, ella aceptó encantada. -su semblante se tornó muy triste cuando añadió- Le hice un grave daño a esa chica... pero era necesario.

Besos OcultosWhere stories live. Discover now