El tiempo no se detiene

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Marinette no había dormido esa noche. Su cabeza no dejaba de darle vueltas al mismo asunto una y otra vez. Decirle a Adrien sobre su identidad secreta no iba a ser fácil. En otras circunstancias sería realmente muy sencillo. Pero su novio era además su compañero de batallas, el mismo que había rechazado para estar con Adrien. Como si la ironía de la situación no fuese suficiente, Chat Noir la había tenido en la palma de su mano desde el principio y viceversa.

Cansada como estaba y muy segura de que si seguía dándole vueltas al asunto le dolería la cabeza, la chica dio la vuelta en su cama y suspiro antes de quedarse dormida. Al menos ella sí podría dormir un poco esa noche.

Chloe Burgeois se paseaba de un lado a otro dentro de la oficina de su madre, tratando de comprender los deberes que Diana estaba dejándole.

La verdad es que no estaba acostumbrada a tener deberes dentro del hotel. Por algo existían las mucamas y los mayordomos. Así que estaba acostumbrada a que le sirvieran, pero su madre no estaría durante una semana. Los adolescentes normales estarían maravillados por estar a cargo de su casa durante tanto tiempo. Claro, eso era porque ellos no tenían por hogar un hotel de cinco estrellas, con casi cien empleados y muchos clientes de los cuales hacerse cargo. La rubia nunca se había puesto a pensar en todo de lo que su padre se encargaba en el hotel.

—Necesito que pongas mucha atención a la cocina, es probable que tengan que abastecerse de nuevo para el miércoles—dijo Diana acomodando algunas facturas dentro de una carpeta.

— ¿Por qué tengo que hacerme cargo de eso?—pregunto la rubia cruzando los brazos.

—Por que mañana mismo me voy y algún día tú tendrás que hacerte cargo del hotel—Diana tenía un buen punto en ese aspecto.

—Al menos podrías esperar al domingo—pidió la rubia con un puchero, llamando la atención de su madre—. Ya sabes, después de mi cumpleaños.

Diana se quedó quieta durante un momento. Había olvidado por completo el cumpleaños de Chloe. Tampoco era una novedad, solía olvidarlo con frecuencia. Además, era usual que la chica no estuviera en París durante su cumpleaños, así que tampoco era la gran cosa. Supuso que Chloe tendría planes para ese día, y se sintió mal por tener que arruinarlos de esa manera. Ya pensaría en una forma de recompensarla.

—Lo siento cariño, pero no puedo atrasarlo, tengo negocios que llevar a cabo—contesto la señora entrando como pocas veces en el papel de madre.

—Supongo que está bien—dijo Chloe torciendo el gesto.

Por dos horas más, Chloe se llenó de información sobre administrar el gran hotel de París. En verdad no estaba lista para eso. Ni un poquito lista. Si bien Chloe era bastante buena en matemáticas, de algo tenían que servirle sus maratones de compras, no estaba preparada para esa magnitud. Finanzas, quejas, suministros ¿cómo hacia su padre para hacer todo eso mientras era alcalde de la ciudad? Su madre le aseguro que estaría con su teléfono siempre por si necesitaba ayuda.

Cerca de la media noche, Chloe regreso a su habitación totalmente exhausta. Su celular estaba sobre la mesa, y la luz brillaba dando a entender que había un mensaje en su bandeja. Pero la chica estaba totalmente cansada como para tomarlo. Se puso su camisón de dormir y quedo dormida con rapidez. Unos segundos después de las seis de la mañana unos golpes en su puerta la despertaron de golpe.

La chica se levantó de su cama enojada. En verdad, odiaba que la despertaran de su sueño de belleza. El cual era una de las cosas más importantes de su vida. Al abrir la puerta se encontró a su mayordomo y a una mucama sonriendo con cierto temor.

La Princesa & El Artista ||Miraculous Ladybug|| #ChangerMLBFandomOnde histórias criam vida. Descubra agora