Entre mentiras, sacos y pizza

4.3K 437 304
                                    


El clima de aquel sábado era muy soleado. El pronóstico del tiempo había dicho que era un "bello día para salir y pasear un rato junto a esa persona especial". Para Nathaniel, solo era un buen día para hacerle caso a su madre. A pesar de que era muy calmado, su madre no dejaba de quejarse de que siempre estuviera encerrado en su casa.

Así que estaba caminando solo por las calles de París sin rumbo fijo. Juleka y Rose habían planeado su salida a EuroDisney desde hacía un mes, y Nath no quería importunar. Aunque estaba seguro a ellas no les importaría llevarlo. Tampoco se sentía con muchas ganas como para buscar el parque donde Kim y Alix estaban llevando a cabo su siguiente competencia. Tal vez podría ir a visitar a su tía y comer gratis.

Tan metido estaba en sus cavilaciones, que no supo en que momento acabo en aquel parque cercano a la escuela. Ojala hubiera traído su cuaderno para dibujar. El paisaje estaba realmente hermoso y extrañamente desierto.

Una chica paso corriendo a su lado, enfundada en un abrigo de blanco inmaculado, con un gran sombrero de diseñador y unos enormes lentes de sol cubriéndole los ojos. Ni siquiera noto la presencia de Nath, pues se apresuró a llegar a la fuente central del parque. Ahí, Nath pudo reconocer a una chica pelirroja que iba en su salón.

— ¡Sabrina!—llamo la chica del abrigo—. Trajiste lo que te dije.

—Si—contesto Sabrina—pero no sé si puedas usarlo con ese abrigo puesto.

La joven del abrigo bufo antes de quitarse el sombrero y lanzárselo a Sabrina. Su cabello rubio callo en una desprolija coleta. Procedió a desabrocharse el abrigo que también paso a su compañera. Chloe se veía muy bonita con un short beige y una blusa turquesa.

Sabrina le paso una pequeña cajita de su bolsa y se la paso a su amiga. Chloe la abrió y se puso el collar de jade.

—La oficinista de correos quedo boquiabierta cuando lo vio—comento Sabrina—dijo que quien lo envió debía de quererte mucho.

—Eso ya lo veremos—contesto Chloe comenzando a caminar hacia la salida del parque. Sabrina la siguió tratando de acomodar las mil cosas que llevaba encima.

Dicen que las personas ociosas, esas que no tienen nada que hacer, gustan de perder su tiempo con cualquier cosa que pasa en frente de ellos. Nathaniel no se consideraba a sí mismo una persona ociosa. Pero ese día estaba andando sin rumbo fijo hacia ningún lado, perder el tiempo siguiendo a Chloe y Sabrina sonaba a un buen plan.

Así que eso hizo. Chloe empezó a caminar hacia la salida sin saber que era seguida por cierto chico pelirrojo. No es como que a Nathaniel le importara mucho ver que hacía en su tiempo libre la hija del alcalde. Pero su actitud se le hacía muy sospechosa. Mientras más avanzaban hacia la zona comercial de los Campos Elíseos, más se interesaba por lo que las dos chicas estaban tramando.

Se detuvieron en la entrada de una joyería bastante reconocida. No tardaron nada en entrar y esconderse detrás de un pequeño mostrador. A Nathaniel le pareció gracioso que la Queen Bee rubia estuviera escondiendo su presencia de alguien. Se acercó a las chicas sin saber en realidad que decir.

— ¿Por qué se esconden?—pregunto inocentemente.

Chloe dio un salto en su lugar, casi tirando las joyas del mostrador y volteando a ver al chico con enojo. En verdad que no quería que nadie supiera que estaba haciendo ahí. Era una misión encubierto que ahora estaba comprometida por la presencia del artista de cuarta.

— ¿Tu qué haces aquí?—pregunto Chloe con un claro tono enojado.

— ¡¿Eh?!—Nathaniel no tenía una verdadera respuesta a esa pregunta. Al menos no una que fuera convincente—. Vine a comprar un reloj.

La Princesa & El Artista ||Miraculous Ladybug|| #ChangerMLBFandomWhere stories live. Discover now