Capitulo IV

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El rechinido de los tenis contra el suelo resonaba en todo el gimnasio. Era un entrenamiento de baloncesto, la misma rutina de siempre, la misma exhibición de siempre. Aomine Daiki llevándose a todo el equipo para hacer una canasta qué lucía fácil, pero que requería la técnica que no todos poseían. En gradas, una peli rosa quedando asombrada por el juego del moreno que limpiaba el sudor de su frente con el antebrazo, a su lado, una presencia apenas notoria: un peli azul a quién le llamaban "la sombra".

Momoi ya no lo llamó. Siguió contemplando la práctica con semblante triste. Su Tetsu no la quería y era en lo único que podía pensar en ese entonces. Aomine no pasaba desapercibida esa expresión en la peli rosa. Midorima del otro lado de la cancha hacia una mueca. Kuroko iba a ser el único lastimado en ese triángulo.

Momoi se fue antes de que la práctica terminara y Aomine la siguió. Al ver eso, Kuroko abrió los ojos como platos mientras sentía el ritmo del corazón cambiarle a cada paso que el moreno se alejaba. Era miedo. Un miedo que avecinaba a lo peor, esa era la sensación. Miro a Midorima quién sostenía el balón y estaba tan asombrado como los demás al ver que Aomine se alejaba. El peli verde bajó la mirada, siendo esa una clara respuesta. Midorima y Kuroko nunca se habían llevado excepcionalmente, pero se respetaban, se entendían a base de puras miradas que los demás no entendían. Aunque no hablaran, tenían otra clase de relación, en la cual no se traicionarían. Así como Midorima sabía acerca de los sentimientos de Kuroko por Aomine, este sabía los del peli verde por Akashi.

-¡Satsuki!

Gritó el moreno haciendo que la peli rosa volteará apretando un poco sus libros contra su regazo.

-Dai-chan, ¿qué pasa...?

Pero ni si quiera pudo terminar de formular la pregunta, el moreno se acercaba a tal velocidad que de la misma aprovecho para estrellar sus labios con los de ella, literalmente, estrellar. La peli rosa se quedó completamente sorprendida, por el contrario, el moreno se atrevió a atraerla por la cintura. Momoi frunció en entrecejo y en un movimiento furioso alejó al moreno para después darle una bofetada que dejó helado al moreno. Aomine después la observó, con los ojos como platos claramente sorprendido al ver tal reacción, al mismo tiempo sentía como algo en su pecho dolía, bajó la mirada con una sonrisa ladina apretando la mandíbula, igualmente los puños los volvió en roca. No esperaba un rechazo así.

-¡¿Qué crees que haces, Aomine?!

Gritó Momoi exaltada, con los ojos de repente llenos de lágrimas, y tras gritar un fuerte "idiota" se alejó del lugar corriendo. No se percató de su camino chocando con un Imayoshi retrasado en la práctica de baloncesto. Momoi levantó la vista dando de lleno con una expresión sorprendida.

-¿Momoi-san?

Pero no recibió respuesta y la peli rosa simplemente se abrazó de este llorando nuevamente. "¿Por qué Aomine hizo eso y porqué al final pareció haberme gustado?", pensó. Esa bofetada había sido de puro impulso, pero su corazón se desató a mil, tanto que aún lo sentía agitado, incluso pudo sentirse las mejillas calientes.

Mientras tanto, en Keio, el rubio se daba cuenta de que el estudiante nuevo no se había aparecido por la universidad para nada, se quedó pensando en el tipo que un día antes lo había ido a buscar. ¿Desde cuándo lo conocía? ¿No se supone que había estado en el extranjero durante bastante tiempo? Un mensaje de texto lo sacó de sus pensamientos.

<< SMS >>

Iré a verte.

¿Estás libre?

A. D.

Kise abrió los ojos como platos al leer esas escasas cinco palabras. Ayer Aomine no lo quería ver... pero ahora sí y estaba dispuesto a irlo a ver, hasta Kanagawa. Su corazón dio un sobresalto, sin embargo, eso no significó que no doliera. Se mantuvo con el móvil varios minutos en la mano observando una y otra vez los dos enunciados. ¿Qué tan bajo sería aceptar eso? Recordó al chico de la noche anterior, en sus palabras y su porte casi desinteresado... hasta que habló de su novio. Quizás Kise se parecía a él. Vacilantemente escribió:

Do you have a cigarette?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora