08- "Un regalo"

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Lo único que se escuchaba eran el constante golpeteo de la pelota contra el suelo de madera, el rechinar que provocaban suelas de las zapatillas, la exclamaciones de los jugadores entre ellos y los cánticos de las porristas con sus porras, cada una animando a su equipo. Pero el silencio entre las gradas era el ejemplo de la tensión que se estaba viviendo en aquel partido.

Eran las finales, Beacon Hills contra Sea Kings, ambas escuelas habían llegado a la final con notables puntajes y en ese momento se podía ver el porqué. Llevaban un empate que ninguno de los equipo había llegado a superar, se respiraba el nerviosismo tanto del público como de los jugadores.

El entrenador de Beacon ya no sabía que gritarles a los alumnos, nunca en toda su vida como profesor había estado tan nervioso, agradecía que los oponentes fallaran al intentar encestar pero la histeria le atacaba cuando pasaba con los alumnos de su equipo. Estaba seguro que le habían crecido algunas canas más o quizás ya estaba perdiendo el pelo, si se quedara calvo, iba ser culpa de la escuela.

-No es necesario gritarles- Se quejó Laura cruzándose de brazos -.  Lo único que hace es que estén más intranquilos- Bufó molesta viendo cómo el ceño fruncido de su hermano no había cambiado, ya le gustaría poder gritarle al calvo ese que se hacía llamar entrenador y que ahora mismo parecía un megáfono lleno de histeria.

Unos ojos whiskey a su lado la miraban atentos, la mandíbula de la mayor estaba tensa y al igual que su hermano, tenía el ceño fruncido. Luego la joven mirada se dirigió al Hale, el cual mantenía una expresión seria e incluso amarga, la cual le hacía parecer más grande siendo solo un adolescente de 15 años.

El murmullo empezó cuando ambos entrenadores hablaban con sus respectivos equipos. Stiles vio que ambos no parecían hablar extremadamente fuerte, si es que eso implica casi escupirle en la cara a los adolescentes. Sobre todo porque solo quedaban segundos a que juego terminará y solo unos segundo antes, el  equipo contrincante logró encestar, llevando la ventaja solo por solo un punto gracias a un tiro libre.

La tensión y el nerviosismo se notaba en los alumnos de los equipo, que se estaba dejando hasta el alma en el partido, dando lo mejor de sí. En las gradas, el público también permanecía tenso,  sobretodos lo que eran los padres, amigos y compañeros gritando por ánimo o directamente abucheado al contrario, levantando un pequeño conflicto entre tribunas.

La rivalidad era evidente y aunque se reprendiera a aquellos que se pasaban con su actitud, toda esa batalla entre tribunas seguía ahí. Incluso las porristas, aunque trataran de mantener su sonrisa tipo comercial, se les podía ver los nervios a algunas. Era difícil mantener la moral cuando solo a segundos unos de los  equipos podría ganar y también estaba el mantenerse en su lugar, sin querer tirarles una silla a los alumnos del equipo contrario que no hacían más que querer desanimar al contrario.

Cora miró a su amigo, el cual tenía una cara de concentración, mirando a un punto específico en la cancha. Sus ojos siguieron a lo que tenía tan concentrado al castaño, encontrándose con el entrenador dándole indicaciones a su hermano a los gritos de reojo volvió a mirar al Stilinski, viéndole susurrar un "tu puedes".

Un sonrisa se dibujó en su rostro, su mirada volviendo a recorrer el lugar, como queriendo observar cada detalle. Su ceño se fruncía cada vez que veía al equipo contrario, era una panda de engreído con lo que quería golpearlos con el bate de Stiles. Luego miro a las porristas de Beacon, la capitana de las porristas se mostraba radiante como siempre pero ella sabía muy bien que esa sonrisa era falsa, podía ver muy bien como los ojos de Kali se desviaban de vez en cuando a los jugadores de su escuela.

Sentía las miradas de todos sobre él, observando cada movimiento, estudiándolo y juzgandolo, pensando y criticando sus errores, era obvio que estaba exagerando pero eran los nervios de las finales. Segundo, era lo único que quedaba para acabar con aquella ansiedad. Perder o ganar. Siempre se considero un buen perdedor pero esta vez no se sentía preparado para degustar el sabor de la derrota, no después de todos los días entrenando para esto.

Baila conmigo - Sterek (Abandonada)Where stories live. Discover now