Uno

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Era una noche hermosa, la luna iluminaba la ciudad con su luz amarillenta, el clima estaba perfecto para, en algún momento de la cita, ofrecerle a su chica su abrigo.

NamJoon estaba más que nervioso, quería que todo estuviera perfecto.

Había hecho una reserva en uno de los restaurantes más caros de la zona, para su suerte, el dueño era socio de su padre. Así que les recomendaría los mejores platillos, hechos por el mejor chef que el lugar portaba. También se aseguraría de pedir el mejor vino que tuvieran en el tan elegante lugar.

[...]

Pasada una hora, ya se sentía lo suficiente presentable para su novia; Se había pasado el cepillo repetidas veces por su cabello, se aseguró de traer su mejor ropa y llevar la mejor loción.

Nunca lo habían hecho y según ella, ésta era la noche en la que se entregaría a él.

Hecho que claro, le ponía peor los nervios, ya se él nunca la había presionado ni obligado a nada, supo que tendría que ser perfecto.

Decidió dejar todos los pensamientos negativos a un lado y caminó hasta su garaje para, posteriormente encender su auto de color mate y conducir hasta donde la chica.

Por otro lado SeokJin estaba que explotaba de la emoción, su jefe le había avisado que esa noche tendrían unos clientes importantes.

Le encantaban esas ocasiones ya que eran una oportunidad más para demostrar su talento en la cocina y sorprender a los comensales.

Ver la cara de felicidad y ese brillo en los ojos de sus clientes al probar su comida, le hacía sentirse satisfecho con su trabajo.

Inclusive se había rociado un poco de su mejor loción y había arreglado su rubia cabellera más de lo que solía hacerlo.

Estaba acomodandose su mantel negro a la cintura cuando su jefe entró a la gran y pulcra cocina del lugar, se le notaba entusiasmado y un poco nervioso.

El chico se rió por sus adentros del señor, él no se encontraba nervioso, todo lo contrario.

Mostraría lo mejor de él.

-Ya llegaron, acompañame, te voy a presentar. Sé formal, hijo. -Le dijo el mayor mientras se acomodaba rápidamente la corbata. Posteriormente se presentaron frente la mesa de la enamorada pareja.

El señor le hizo un gesto con la cabeza al chico para que se presentara.

-Buenas noches, soy Kim Seok Jin, es un gusto conocerlos y tenerlos aquí, ésta noche yo seré quien los atienda.

El chico estaba tan concentrado en decir lo que se había memorizado que ni siquiera se había molestado en ver a sus clientes, los cuales lo saludaban formalmente de igual manera.

Era una pareja joven, se les veía bien juntos.

Un chico de un corte de pelo peculiar aparte de su tinte verdoso, que a pesar de eso le iba muy bien, iba más que bien vestido y cuando lo miró se dio cuenta del par de hoyuelos bastante lindos que tenía el chico.

Su corazón comenzó a temblar un poco sin razón aparente cuando éste le sonrió, bueno, en realidad cuando se dio cuenta que llevaba sonriendo desde que llegó.

La acompañante del peliverde se notaba un poco indiferente, parecía alguien de carácter egocéntrico y no hablaba mucho.

Pero de igual manera tenía un aspecto bien cuidado, tenía un corte a los hombros muy femenino, su cabellera negra contrastaba con su pálida piel y el vestido rojo que se ajustaba bien a su figura la hacían ver bien.

Dejo de fijarse en esas cosas y procedió a pedir la orden.

Al momento de recibir un "Sorpendenos" por parte del chico de labios gruesos, se sintió aún más emocionado.

El chico rubio se apresuró a ir a la cocina, mientras el otro par de chicos se quedaron esperando.

-Te ves hermosa hoy -Habló el peliverde con su mejor sonrisa.

-Lo sé, Nam -Contestó un poco indiferente-. Al parecer tú también te esforzaste arreglandote.

-Hey, tenía que estar bien para mi chica -Éste le agarró el mentón para que lo mirara.

La chica rió un poco y sus pálidas mejillas se pusieron de un rosa pálido.

-Mhm, uhm -Dijo SeokJin para llamar su atención, llegó justo en el preciso momento-. Traje champaña y aperitivos, para que no se queden esperando con el estomago vacío.

La chica chasqueo la lengua, supuso que molesta, pero Nam había reaccionado bien.

-Muchas gracias, SeokJin -Habló NamJoon-. ¿Puedo preguntar por su edad? No se ve lo suficiente mayor para ser chef principal, se ve muy joven, en realidad.

-Oh, gracias. -Se alegro de saber que seguía con su belleza juvenil-. Tengo veintitrés, actualmente.

-Wow, entonces debe cocinar muy bien -Dijo un poco asombrado, solo era tres años mayor-. Yo tengo veinte, no es mucha diferencia.

-Claro, tú también mantienes un buen aspecto juvenil.

«Espera, ¿qué mierdas acabas de decir?» Se dijo el rubio a si mismo.

-Oh, gracias -Se pasó la mano por el cabello, acomodándoselo un poco, sonrió mostrando su par de tiernos hoyuelos.

-Bueno, ¿ustedes dos seguirán ligando frente a mis narices durante toda la cena? -A la chica se le notaba enfadada.

Jin se sonrojó violentamente, se disculpó y se fue diciendo que pronto llevaría su esperada cena.

Por otro lado Nam giró los ojos, la chica le empezaba a fastidiar, él se había esforzado y ella todo el tiempo seguía con esa cara tan hepática propia de la chica.

Chef ҂ NamJinWhere stories live. Discover now