5. Declaración

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Los días comenzaron a pasar rápido de nuevo, no me gustaba que fuera de esa manera, pero no podía evitarlo, la presencia de William hacía que fuera así.

Fueron muchas noches las que se quedó a dormir en mi casa, sin embargo, nunca intentó sobrepasarse conmigo, cualquier persona se sentiría halagada porque alguien le tuviera tal respeto, pero tenía clara mis intenciones, antes de cerrar mis ojos fantaseaba con despertar en medio de la noche por sentir sus labios sobre los míos o sobre mi piel, pero eso no ocurrió.

Tenía sentimientos encontrados en cuanto a la situación, que William no intentara hacerme algo en la noche podía significar que quizá el no sentía nada por mí, además de verme como su hermano menor al que protegía, como también podía significar que quería empezar una relación seria conmigo, y por eso no intentaba parecer que solo quería algo de una noche.

Seguía siendo muy tímido, no me arriesgaba a confesarle que mi corazón se aceleraba al verlo y que tenía su imagen en mi mente 24 horas los 7 días de la semana.

Necesitaba tener una oportunidad, una conversación donde mi confesión pareciera fluir, pareciera no haber sido planeada, sino algo casual, y la necesitaba rápido, el tiempo con él se me agotaría pronto, había dejado pasar demasiado tiempo por culpa de mis malditas inhibiciones, pero finalmente, el día llegó.


Los dos estábamos en mi habitación sentados en el piso frente al televisor, seguían sin gustarle los videojuegos pero quiso jugar un rato conmigo en mi nueva consola, no demoró mucho tiempo para que se aburriera, entonces nos pusimos a hablar un rato.
En un momento de silencio su mirada empezó a detallar muy bien mi habitación, como si tratara de buscar algo.

-¿Recuerdas esa vez que me viste besándome con Max?- Rio mirando la ventana.

-Sí, creo que nunca olvidaré eso,- Reí.- ¿no lo viste en la reunión esa de amigos a la que fuiste?

-Sí, él también fue.

-¿Y qué te dijo al verte de nuevo?

-No hablamos mucho, de hecho, se me insinuó, pero lo rechacé, entonces fue incómodo.

-Oh... qué mal...

Sabía que ese era mi momento, estábamos hablando de un tema relacionado, si no lo hacía en ese instante, era probable que demorara tanto en encontrar otro que ya William no estaría en la ciudad.

-Will...- Retomé queriendo llamar su atención.

-Dime.

-¿Re...recuerdas lo que me dijiste cuando era niño?

-Te dije muchas cosas cuando era niño.- Rio sin tomarme muy en serio.

-Me... me dijiste que... que... que cuando estuviera más grande serías mi... novio.

Los nervios no me dejaban hablar fluidamente, cuidaba de parecer prudente y no escupir todo de un empujón.

-¿En serio te dije eso?- Preguntó asombrado.

-¿No lo recuerdas? No me lo confirmaste, pero dijiste que veríamos si era posible.- La decepción en mi voz se hizo presente, pensé que él al igual que yo lo recordaría perfectamente.

-Ahh... si, ya me acordé, fue el mismo día que me viste besando a Max.

-S...si... bueno, me... me preguntaba... pues... ya soy más grande... pensé que... podríamos hablarlo ahora.

Él se levantó del suelo y caminó a cerrar la puerta, me vió sonrojado y dio un suspiro.

-Chris, creo que ahora que eres un adolescente entenderás que no puedo estar contigo.

Mi Antiguo VecinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora