2. Capítulo 15: Movens (2ª Parte)

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—Ellos tampoco —dijo Haliee que se había mantenido callada todo el tiempo.

—Debemos ponernos en movimiento, no quiero estar aquí más de lo necesario —dije con suavidad. Necesitaba salir de allí y dormir, dormir durante siglos.

Las heridas de Haliee habían menguado un poco por todos los ungüentos que se había colocado, pero aún sentía dolor al caminar y, debido a que Castiel ahora tenía su propia dosis de dolor, decidimos que la hechicera caminaría.

La ayudamos a levantarse y entonces el elfo la sostuvo por la cintura, mientras ella mantenía su brazo derecho sobre los hombros de él. Por lo tanto, yo tomé la totalidad de nuestras pertenencias. Los bolsos eran una carga pesada, pero no me imposibilitaban caminar, y considerando las condiciones de mis amigos no es como que debiera correr en algún momento.

Busqué algo que pudiera servirnos de antorcha y encontré un trozo de madera no muy largo debajo del escudo, junto a una pila de cenizas. Creé unas chispas con las yemas de mis dedos, apenas perceptibles, pero que sirvieron para encender mi improvisada fuente de luz.

Kira estaba a mi lado, como siempre. Era agradable que alguien me fuera tan fiel.

—¿Qué camino tomamos? —preguntó Haliee.

Miré a Castiel, que últimamente se había convertido en el cerebro del grupo.

—Tomemos el túnel que tomemos seguramente se dividirán en más y más atajos a cientos de lugares, así que lo más prudente es ir lo más recto posible, ya que el reino de los ogros está al norte. Solo elijamos uno y tratemos de que la siguiente vez podamos revertir la dirección tomada de forma que sigamos parcialmente en línea recta. Tú eres la princesa, tú decide —terminó, dejándome toda la responsabilidad.

—Por supuesto, dejen que decida la chica con el menor sentido de orientación del universo —gruñí, más divertida que molesta. En realidad, esa era la respuesta que esperaba—. Vayamos por la derecha.

—¿Por qué por la derecha? —preguntó el elfo una vez que ingresamos al túnel.

—¿Alguna vez has escuchado a la gente decir "Me levanté con el pie derecho esta mañana" cuando tienen un mal día? No, el lado derecho siempre es el mejor —repliqué.

—Tu fundamento es tan pobre que me da ganas de llorar —dijo el elfo.

Una sonrisa surcó mis labios por unos instantes, tal vez no todo estaba perdido y pronto el grupo de reuniría. Todo volvería a hacer como antes o al menos un poco como antes.

El silencio nos invadió mientras recorríamos aquellos túneles. Lo único que nos iluminaba era la luz de mi antorcha, por lo que era imposible saber si era de día o de noche. Caminamos durante bastante tiempo, sin decir palabra, hasta que mis ojos captaron algo que erizó los vellos de mis brazos como espinas. Al igual que los cavernícolas hacían dibujos relatando cómo cazaban a sus presas en las paredes de sus cuevas, Los Puros trazaron enormes pinturas en los muros de sus pasadizos secretos. Retratos de la guerra.

El haz dorado de mi antorcha nos mostraba a un hada de espaldas, con una espada en su mano y en la otra una cabeza que colgaba de dedos manchados de sangre. En otro rincón, una horda de criaturas: elfos, licántropos, hadas y más, eran incineradas por el fuego abrasador que brotaba de las fauces de un dragón. No se veían más que siluetas, pero fue fácil imaginar sus rostros, retorcidos por la agonía. Me di la vuelta para iluminar la otra pared del túnel, y la misma exposición de arte brillaba en su superficie.

—Registros ilustrados de sus batallas. Su sadismo no tiene límites —dijo Haliee, que observaba con fijación el dibujo de un ogro protegiendo a una pequeña elfa, mientras lo que parecía ser una hechicera de largos cabellos incrustaba una espada en la espalda del ogro, mientras este alzaba su cabeza, rugiendo de dolor.

CDU 3 - La elección de Cassiodora [BORRADOR COMPLETO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora