Él posó su mano en mi cabeza y alborotó un poco mi cabello.

-Yo también te extrañé mucho.

-Si es así, ¿por qué demoraste tanto en regresar?

-Es que... nunca te lo dije, pero una de las cosas que más me gusta es viajar, estuve trabajando y estudiando al mismo tiempo, algunas vacaciones me la pasé trabajando para reunir dinero y poder hacerlo, estuve en muchos lugares, tengo fotos en mi teléfono, te las mostraré al llegar a casa... y regresé porque ya terminé mi carrera de lenguas.

Al principio sentí que era algo egoísta de su parte hacerme a un lado solamente porque quería viajar, pero después de pensarlo bien me dí cuenta que no podía reprocharle nada, ese era su sueño, él era el mío, pero si sólo sería un obstáculo para él, no me iba a querer, el egoísta sería yo.

-Está bien.

-Perdóname.

-¿Por qué?

-Porque te dije que volvería a verte cada vez que tuviera vacaciones, pasaron los años y nunca volví.

-Descuida.- Respondí tratando de ser fuerte.

-¿No te molesta que lo haya hecho?- Preguntó sorprendido.

-Sí, pero ahora que me dijiste el por qué te entiendo, si eso te hace feliz también me hace feliz a mí.

No sé cuál fue su reacción, no volteé a mirarlo, no sabía que estaba pensando porque se quedó callado por un momento.

-Pero no te fallé en todo.

-¿Qué?- No sabía de qué hablaba ahora.

-Cumplí mi palabra, no te olvidé, pensé en ti todo el tiempo.

Esas palabras me conmovieron, sentí un pequeño escalofrío recorriendo mis brazos y mariposas en mi estómago, me dijo algo que esperaba oír, aun cuando pensé que no lo haría, teníamos una conexión.

Los dos giramos al tiempo para vernos, nuestros ojos hicieron contacto al instante tiñendo de rosa mis mejillas, me sentí avergonzado y volví a mi posición inicial.

-¿Por qué te molestaban esos niños?

-No les agrado.

-¿Y pudiste hacer amigos?

-No, a nadie le agrado, me molestan en la escuela.

-¿Por qué no le dices a tu profesor?

-Porque prefiero ignorarlos.

-No, tienes que contárselo a tu profesor, sino te seguirán molestando, ¿o tú quieres eso?- Replicó colocándose frente a mí.

-Ehhmmm... no.- Respondí nervioso.

-Entonces cuando vuelvas a clases te quejas.

Mi respuesta fue una sonrisa, me alegraba oír de nuevo su voz, sobre todo cuando se preocupaba por mí.

-Levántate, vamos a casa.- Ordenó.

Obedecí y nos fuimos a nuestras casas hablando sobre lo que él había vivido en todos esos años, yo no tenía mucho que decir, mi vida era aburrida, era como un infierno cuando él no estaba en ella.

-Oye... estaba pensando... estaba pensando si podrías venir a dormir hoy... en mi casa.- Sugerí tratando de dejar mis nervios y mi pena a un lado.

-Ehhmm, no lo sé, Chris, no creo que tu mamá esté de acuerdo, yo tengo 23 años, tu apenas 14.

-No vamos a hacer nada malo, sólo hablar, ella no dirá nada, después de todo somos amigos, ¿no?

-Pues sí, pero es que...

Mi Antiguo VecinoWhere stories live. Discover now