Capitulo Nueve

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-puedes contestar el estúpido teléfono Amanda- me gritó Karla molesta

-no

-sabes que debes hacerlo, si no le contestas, Gabriel estará más molesto contigo- intentó convencerme Claudia

Miré el celular en la mesa sonando, era la llamada número veinte de ésta tarde. La rechacé y vi el gesto desaprobatorio de cada una de mis amigas. Ésta mañana decidimos venir a la plaza de compras. Claudia compró algo de ropa, un bolso y algunos recuerditos para llevar a casa. Karla siendo una histérica de las compras innecesarias, gasto dinero como loca en ropa, velas, joyería, un perfume, zapatos, y aunque nos pareció absurdo, ella también compró un paraguas. Laura solo adquirió algunos libros y un suéter que prácticamente la obligamos a comprar, y yo, bueno yo no disfruté tanto de las compras por estar pensando en cómo solucionar las cosas con Rebeca, lo único que compré fue un vestido y una pintura para poner en mi habitación.

-Amanda, debes hablar con él- Laura me hizo volver a la realidad

-miren, yo conozco a Gabriel, ahora mismo está molesto, si hablamos será para pelear, solo debo esperar a que se calme

-si tú lo dices, y a Rebeca ¿le llamaras?

-no lo sé, ¿Qué se supone que le diga?

-dile que la quieres ver, que la extrañas, no sé algo cursi- dijo Karla, sin servir de ayuda claro, se llevó una cucharada de helado a la boca y por están hablando se la tiro encima –maldita sea!

-no voy a decirle eso, la llamaré más tarde, ahora mismo solo quiero ir a caminar

Me puse de pie y me aleje de mis amigas, preguntaron si quería compañía pero la verdad quería ir sola, me negué y las vi quedarse sentadas en la plaza mirándome con duda. Mi cabeza era un torbellino de pensamientos, estaba el asunto con Gabriel, yo no quiero que nuestra relación termine por una estúpida pelea pero sé que estando lejos las cosas serán más difíciles de arreglar. Tal vez debí contarle la verdad, decirle la razón del porque veníamos, quizás el me habría apoyado y no tendríamos éste problema, pero también podría haberse negado y terminar conmigo por hacerlo.

Luego está el asunto con Rebeca, ¿Cómo lo arruiné tan rápido? Digo, las cosas estaban yendo bien, ella parecía muy interesada en mí y yo, bueno yo ya estaba acostumbrándome a fingir, y besarla ya no era tan complicado. Pero claro, tenía que abrir mi boca y contarle sobre Gabriel y arruinar todos nuestros avances. Después está el asunto de que ella no confía en mí, alguien le hizo daño y ahora se le dificulta creerme, aunque claro, su desconfianza en mí no podría ser más acertada.

Caminé por la orilla del boulevard, a mi derecha podía apreciar el mar, las olas y la deliciosa brisa que llegaba con ellas. Pensé en lo que estaba haciendo y en el hecho de que quedarme ahí no me ayudaba en nada, voltee a la derecha en busca de un taxi y lejos venía uno, le hice señas y éste me recogió. Tras darle la dirección me acomode en el asiento y me quede ahí, viendo por la ventana y pensando.

Después de unos quince minutos de viaje, el taxi se detuvo frente a la casa de Rebeca, le pagué y bajé del auto. Mire frente a mí el estacionamiento y noté que no solo estaba el auto de Rebeca, junto a éste se encontraba una camioneta gris. Los nervios me atacaron y estaba a punto de correr en la dirección contraria cuando una voz conocida me detuvo

-Amada? –voltee y me encontré con una Rebeca un tanto confundida –¿qué haces aquí?

-vine porque quería hablar contigo –la observé de pies a cabeza, Rebeca estaba usando una blusa blanca de tirantes que se ajustaba a su delgada figura y un short negro el cual dejaba admirar sus envidiables piernas largas

Fingiendo ser una Lesbiana #Lesbianas (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora