2. Capítulo 14: Suficientemente fuerte (1ª Parte)

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Escuché maldiciones y vi fuego y agua convergir y azotar los muros de lo que antes fuera el subsuelo. Magia natural en todas sus variantes se mostró ante mis ojos. Por supuesto, liberar a los prisioneros había sido una acertada decisión, ya que ellos se habían convertido en la mejor cortina de humo en mi escapada. La mitad estaría intentando salir y la otra mitad se divertiría a costa de la destrucción causada.

"Salta", escuché a mi costado y podría haber caído de mi lugar, de no haber estado bien sostenida por la rama.

Mi vista se clavó en la silueta de un gran cuervo negro, que me miraba a través de sus grandes y profundos ojos como la noche. Me convencí de que debía ser una ilusión, que un animal no me estaba hablando y cerré los ojos, no queriendo ceder ante aquel espectáculo tan extraño.

"¡Ahora mismo!". Abrí los ojos por el exabrupto y vi como de cerca se había colocado el animal, que ahora podía comprobar superaba con creces el tamaño de una criatura común.

—Loca, debo estar completamente loca —Me reprendí.

Asimilaba que había liberado a una horda de criminales en un castillo donde había inocentes y que, contrario a lo que Cassie deseaba, había convertido mi silenciosa huida en una ruidosa y destructiva venganza, porque no dudaba que, si los prisioneros habían sido tratados como lo hicieron conmigo, los mismos buscarían redimirse. Y, por si fuera poco, ahora no solo voces misteriosas me perseguían, sino que un gigantesco y espantoso animal también lo hacía.

Juro que escuché al animal disculparse, en el mismo momento en que tomó vuelo hacía mí y, con la fuerza de su despegue, me empujó fuera de la protección del gran árbol. Caí en un duro arbusto de hojas, seguramente terminando de destruir el atuendo que tenía y, no sin ver una última vez al cuervo, cerré los ojos, permitiendo al dolor salir de mi cuerpo.

Me levanté, medio entumecida y atontada por la caída, sin embargo, no me permití demasiado consuelo antes de emprender la marcha hacía el lugar en que me encontraría con mis amigos. Una vez más estuve corriendo, pero lo hice abrigada por la vegetación y la brillante luz de la luna y las estrellas como guía.

Huía presurosa de cualquier amenaza, y me fue demasiado fácil recordar el mapa que había estudiado. Corrí hacía el mismo lugar que hacía poco más de un mes me había dado una para nada grata bienvenida. Sin embargo, contraria a la primera vez, en esa oportunidad hubo un único portal: un hermoso arco con danzantes y refulgentes llamas de colores; uno alrededor del que se congregaban mis amigos.

—¡Aquí estoy! ¡Aquí estoy! —grité, completando el tramo que nos separaba.

El primero en girarse hacía mí fue Castiel y, contario a lo que esperaba, su recibimiento no fue grato.

—¡Nos mentiste! —Gritó, haciendo que me detuviera a varios pasos de distancia, esperando una aclaración. No entendía a qué se refería y, para esa instancia, bien podría ser cualquier cosa, había bastante información que me había guardado para mí—. ¡Nadie nos dijo que estaríamos entregando a Brennan!

Oh, eso... Suspiré, viendo el reproche en el rostro de Haliee, quién mantenía a Eliden de pie, sosteniéndole por la cintura y dándole su hombro de apoyo. Mi exnovio, además de Breenan, era probablemente el único que no parecía sorprendido por la noticia, así que supuse que él sí había deducido que algo como eso sucedería.

Tenía una explicación para decir, pero la encontré inadecuada, así que callé.

—No te hagas el idiota, elfo, bien sabías que alguien iba a cargar con esto y, como es obvio, ese alguien no puede ser Ilora —Resopló Brennan con cansancio—. Necesitamos irnos, esto es serio, hemos tomado más tiempo del que corresponde.

CDU 3 - La elección de Cassiodora [BORRADOR COMPLETO]Where stories live. Discover now