Lo que antes no vi (Chanbaek/Baekyeol)

Capítulo 5

- Unas tortitas Pikachu, un granizado Tintín y un smoothie Magnus Bane.

- Oído cocina.

Yifan, el cocinero, le sonrió a Chanyeol antes de meterse en la cocina a preparar las tortitas mientras él mismo empezaba a preparar las bebidas.

Chanyeol ya llevaba tres meses trabajando en el Lightsaber dos tardes por semana y tenía que reconocer que le gustaba. No era el trabajo con el que soñaba ni el que pensaba mantener, pero Yifan era simpático, Minseok lo trataba bien y, lo que es más importante, le pagaba bien. Además disfrutaba de descuentos de empleado cuando iba con el grupo en sus días libres a tomar algo, ganándose miradas de envidia por parte de Jongdae.

Su trabajo no le complicaba la vida en la facultad, lo que era aún mejor, ya que podía ir a todas sus clases y cumplir con el trabajo que tenía en casa con tranquilidad, a diferencia de Sehun y Baekhyun, a quienes tenía que pasarles normalmente parte de sus apuntes o, en el caso del más bajo, ir a su casa. La excusa que ponía era que Sehun vivía bastante lejos ('Son dos autobuses, Sehun, puedo llamarte por Skype y explicártelo'), pero Baekhyun vivía bastante cerca, así que las visitas a la casa de los Byun o del modelo a la suya no eran extrañas.

La primera vez que Baekhyun entró en su casa, casi estuvo tentado de meterle una zapatilla en la boca a su hermana mayor, Yoora, porque no dejaba de mirar a su hermano sonriendo y de contarle a Baekhyun anécdotas vergonzosas sobre su pasado. Chanyeol estaba pensando en el fratricidio cuando su madre interrumpió, preguntándole a Baekhyun por su familia y desviando el tema de conversación. Chanyeol lo agradeció internamente, y aunque el más bajo no hizo ningún comentario más tarde sobre ninguna de aquellas anécdotas, pudo ver por la sonrisilla en su cara que pensaba guardarlas en su memoria para poder sacarlas en el momento más inoportuno.

De hecho, Chanyeol tenía miedo en ese momento. Acababa de servir el pedido a la mesa de Pokémon cuando vio el inconfundible pelo rubio de Baekhyun desaparecer tras una de las grandes macetas de la entrada. Miró alrededor, no había clientes sin atender así que se permitió abrir la puerta con cuidado y salir, descubriendo en efecto a Baekhyun allí, agazapado tras la planta.

- Baekhyun, ¿qué demonios haces ahí?

El aludido dio un respingo, poniéndose de pie en cuestión de segundos y sacudiéndose una suciedad invisible de la ropa mientras el color rojo teñía sus mejillas.

- Era una apuesta.

- ¿Una apuesta?

- Eso he dicho -rodó los ojos-. ¿Acaso no te llega bien el sonido allí arriba?

Chanyeol iba a protestar, pero Baekhyun pasó de largo y entró en el Lightsaber, dirigiéndose hacia su mesa habitual y sentándose, mirándolo desde el asiento como si estuviera esperando que fuera hacia él. Suspirando pesadamente, el alto volvió a entrar y se dirigió hacia el modelo, sacando la PDA con la que tomaba los pedidos del bolsillo trasero de sus vaqueros oscuros.

- ¿Un Obi-Wan, como siempre?

- ¿Te las estás dando de camarero enterado conmigo, Chanyeol? -el rubio enarcó una ceja, mirándolo divertido.

- Me las doy de amigo tuyo que viene contigo a este sitio y sabe lo que pides -lo miró por encima de las gafas-. ¿Va a ser eso o no?

- No, hoy quiero un Iron Man.

- No te hacía yo del tipo de batidos de vainilla con sirope de fresa, Baekhyun.

- Soy una caja de sorpresas, lo sé, no te enamores más de mí -le sonrió de medio lado con una sonrisa de bastardo seguro de sí mismo. Chanyeol cree que consiguió no enrojecer.