CARTA DE MIA

121 20 23
                                    

Esta es la primera carta que te escribo Gabriel y quiero que sea la última.

Te confieso que mis dedos tiemblan al empezar escribir esto, aún así necesito decir lo que siento, lo que tú me enseñaste y me hiciste sentir, sin embrago aprendí que siempre fui cobarde como ahora que tengo tanto miedo de hacerte llegar esta misiva, mi verdad escrita.

Tengo miedo siempre lo tuve, de que esto terminará así, muy rápido me ilusioné contigo al sólo verte y empezar a buscarte era lo que más miedo me daba, no saber que esperar.

Esperar... creo que esperé mucho de tí y nunca tuve nada, ahora lo sé, siempre esperé ansiosa tu regreso o que terminarás con ella porque yo estaría ahi, sería la primera que buscaras pero no fui con quien te quedarás, no hasta que fue tarde... para los dos. Desde que te fuiste la última vez sabía que no ibas a volver y verte otra vez en mi habitación despertándome y aún así sacudiéndome con todo lo que sentía y pensé que no volvería a sentir, no era real no lo sentí así.

Tan irreal como un sueño como tantas veces soñé me dijiste "te quiero", quise pensar que no fue por lastima al verme destrozada en el interior y a mi cuerpo revelando mis secretos. Quise que esa noche no terminará nunca, quería quedarme pero no podía, tanto haber sufrido desde el primer día que te encontré ya no podía más, tres años en un kamikaze de emociones, es un largo tiempo que ya no podía prolongar más porque estaba cansada de ese juego. Dos de ellos recién supiste de mí, el valor que tuve que tomar para presentarme ante ti, es el mismo valor que tengo desde que partí para levantarme y saber que mis días no son iguales; aún así no estoy sola y eso te lo agradezco también; mi vida nunca la considere normal, fue difícil llegar a ti pero aun así valió la pena, cada lágrima, cada ataque de ansiedad, cada alegría e ilusión que tenía por ti, cada enseñanza.

Gabriel, esa noche te mentí, eres el causante de mi descontrol, el causante de estas páginas mojadas pero algo en que no te mentí fue que eres mi tranquilidad, lo que me hace bien y canaliza mi ansiedad. Vaya ironía eres lo que me hace fuerte y débil a la vez, eres y serás mi abstinencia y mi sobredosis.

No puedo decirte lo que realmente sentí en una carta ni mucho menos viéndote a los ojos, esos ojos que siempre me hipnotizaron, que me encantaron desde esa primera tarde porque te sentirías culpable y lo eres pero yo también lo soy. Yo decidí sufrir de mil maneras por tí, acepte lo que me diste y aunque dentro de mí no tenía nada más que esperar y sabia que esto terminaría así, no me resigne a este final pero ya no puedo más, esa última despedida era mi límite, el límite de todo lo que podía sentir, mi resignación aún sabiendo de que si me quedaba podríamos ser una pareja normal, ya nos queríamos los dos ¿Qué más nos podría faltar?

Estaba preparándome para dejarte atrás ¿Hubiera sido más fácil si no te hubieras aparecido esa noche en mi habitación? No, no lo hubiera sido, siempre contigo todo fue difícil. Pero verte tan sincero y preocupado por mi me hizo sentir que siquiera algo bueno había conseguido, te había importado un poco más y aún así a pesar de la alegría en mi corazón la agonía de saber que esa noche lo mejor era dejarte ir, estaba presente aunque aún no lo quiera aceptar.

Te quiero demasiado... te mentí. Yo no te quiero Gabriel, empecé todo esto porque te quería y termine amándote.
Amando también este dolor de no tenerte a mi lado, tantas veces ya sintiéndolo que creo logré acostumbrarme pero después surge el problema, mi ansiedad que no avisa cuanto más duraré sin tí.

Como te dije antes, si ya nos queríamos los dos ¿Qué más nos podría faltar? Me faltaba a mí, no estaba completa, estaba dañada y tan herida que aún tus palabras no borraban el dolor de mi alma. Cómo podría empezar de un inicio si nunca hubo uno, fácil es desmoronar pero difícil es construir, eso lo entendí claramente contigo y aprendí que debo encontrarme a mí otra vez para poder, quizás regresar a tí aunque no espero que me esperes, no deseo encontrarte ahora, quiero recuperarme, recuperarme de todo el tiempo que me perdí a mi misma.
Quiero dejar de sufrir y sentir dolor por los recuerdos pero es complicado.

Tengo un apoyo, un hermoso apoyo que me ayuda a sobrellevar esta ansiedad sin pastillas, tengo a mi secreto. Pero aún no se como superarte y ahora mucho menos que siempre te tengo conmigo.

Gabriel dime que hacer con todo lo que siento, soy muy débil no puedo dejarte ir aunque quisiera, quiero que todo termine pero no quiero terminarlo, siento que si lo hago también se terminará una parte de mí, tanto tiempo esperándote y tan poco tiempo teniendote, pensaran muchos que fue desperdiciado pero no, yo sé que lo que sentía era real y eterno y mucho más cuando hui por miedo de tí, de que esto se convierta en mi obsesión y no un amor más grande, huí de ser dependiente y del miedo de que todo sea como antes, que sólo sea un consuelo pero no tu mundo entero.

Perdóname pues sé que te dañe, perdóname por dejarte ir cuando te tenía y ahora sabes por qué. Sólo recuerda que yo siempre te amé.

Mia

💜

Ahora sí, este es el final 😢 Espero que les haya gustado y digame que no les gustó de toda la historia.

Dedicado a MayBook12

ÁNGEL MIA©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora