こんにちは.

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Calidez, eso sintió. Y vaya que se sintió bien, lo necesitaba, Jungkook le lastimaba demasiado y el no se daba cuenta o lo hacía intencional.

Luego de aquel abrazo tranquilizador, Taehyung guió a Jimin hacia la salida del restaurante, dejando con ello a un Jungkook asombrado y preguntándose ¿Quién era ese chico?

El chico de cabellera clara había disfrutado rodear el cuerpo que en ese momento se veía tan frágil y débil de Jimin, mientras los veía conversar se preguntaba qué había entre ellos y el porqué de la tristeza de su amigo. El rostro en el que se había transformado al ver al chico castaño, aquel que ni siquiera sabía su nombre, pero tampoco parecía importarle, por lo que había podido notar él había herido a Jimin, y nunca se lo perdonaría. Es más, tenía ganas de golpearlo. El pelinegro era buena persona, agradable y... lindo, no merecía sufrir por un tonto desconsiderado que jugaba con el propio corazón de su amigo.

***


Jimin lloro, nuevamente entre sus almohadas para callar sus propios gritos de rabia y exasperación. Le había dejado claro que no quería volver a verlo y el insistía en acercársele.

Odiaba sentirse así, tan débil a sus ojos permitiéndole dañarlo cuando se le diera la gana, y ya lo había hecho. Amaba a Jungkook, aquel chico que le hizo pasar los mejores años de su vida, una relación que prometía nunca separarse, hasta ahora. ¿Quien diría que seria engañado? ¿Quien predecía que le rompería su corazón en millones de pedazos? Obviamente nadie, los que había alcanzado a conocer su relación tenía las mejores expectativas sobre ellos, estarían juntos mucho tiempo porque se amaban. Pero ¿qué pasó con ese amor?¿Dónde se fue?

Él solía ser alguien alegre, divertido, con una sonrisa permanente en su cara. Y ahora, la vulnerabilidad y la angustia reinaban su cuerpo... Y su mente. La que lo hacía tener pesadillas con ese momento en especial, ya no existían buenas noches para él, sólo noches. Tampoco recibía un beso en la mañana, ya no, solo el beso del viento filtrarse por la ventana de su piso. Pero por lo menos era besado...

Sus encuentros con Taehyung se habían hecho más frecuentes, se habían convertido en amigos que compartían una pasión; la fotografía. Aquella técnica de obtención de imágenes por la acción química de la luz sobre una superficie con unas características determinadas. Algo que ambos amaban.

Había pasado un tiempo, Jimin se sentía mejor consigo mismo, al igual que su corazón. Se podía decir que ya estaba volviendo a ver el mundo en colores, cada objeto con su gama y tonalidad. Ya nada se veía en blanco y negro, la ausencia de colores había desaparecido. Y el pelinegro estaba orgulloso de eso.

***

—Quisiera hacer una pose diferente.

Opino la modelo frente a él, por supuesto que accedió y capturó ese momento en el que ella realizó el movimiento que había solicitado.

El trabajo había llamado a su casa desde temprano, había un gran proyecto en el que la empresa requería de sus mejores fotógrafos, incluido Jimin. La isla Jeju les recibía con los brazos abiertos, un lugar demasiado atractivo para Jimin, sin duda era algo hermoso. Las pupilas del pelinegro se disparaban cada vez más que observaba algo, cualquier cosa, se había enamorado de aquel paisaje, tan vivo, lleno de áreas verdes. Lo que a veces les hace falta a las ciudades.

Luego de haberse dado su tiempo para admirar el horizonte, volvió a lo suyo, a lo que había venido hasta acá; su trabajo. Y tenía que ser rápido, al parecer tenían algo de competencia con la empresa rival, la cual Jimin no tenía la menor idea de cuál era. Y al parecer era mejor dejarlo así, le convenía.

AVEUGLE ¡! VMINWhere stories live. Discover now