Capitulo 21

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    - ¡Carlos, Dylan! – Ordenó Jace – Tráiganme al chico y
al pequeño traidor – dijo mirando a James- - Yo me encargaré de la superestrella.
- Recuerda que no soy tu ayudante – dijo Carlos.
- ¡Solo Hazlo! – Gritó enfadado Jace.
- Claro amor. – se resignó, lo que, a pesar de la situación, provocó risas en mi, seguida por una mirada llena de odio de parte de Carlos.
De pronto caí en cuenta de que debía escapar, pero ya era demasiado tarde, Dylan me tenía aprisionada entre sus brazos, al igual que Carlos tenía a James.
Jace caminó lentamente hacía Alec, quien retrocedía igual de lento. Asustado
- Vamos cariño, no temas – dijo con una sonrisa y acorralándolo contra la pared - Esto terminará rápido.
- ¿Por qué? – Preguntó Alec con la cabeza gacha - ¿Por qué quieres acabar conmigo? ¿Qué te he hecho?
- Creo que una historia antes de dormir no estaría mal. – Dijo atando a Alec con una cuerda y llevándolo al sofá – Esto es para que no te escapes – Aclaró – Bien, había una vez, un dulce niño llamado Jace Herondale – sonrió - cuando el tenía apenas cinco años, sus padres se divorciaron. Y el se quedó con su madre en Canadá, mientras su papá viajaba a Estados Unidos, ¡A empezar una vida nueva y olvidarse su familia!
Todo marchaba bien, en lo posible, hasta que, unos años mas tarde, la mamá enfermó grave, y Jace debía cuidarla, ya que era hijo único. No tenían dinero para costear la operación, pero entonces, recibieron una llamada milagrosa, el padre de Jace trabajaba en (Nombre de alguna compañia), le ofreció dinero para la operación de su madre a cambio de convencer a un chico de que firmara con la compañía. El debió viajar y dejar a su madre sola ¡Por un chico que ni siquiera lo tomó en cuenta! Alexander Lightwood; esperaste hasta al último momento para firmar el contrato, y por eso, mi padre no me dio el dinero. ¡Y ahora mi madre está muerta!
- No puede ser – susurró él - ¡No es mi culpa Jace, debes entenderlo!
- ¡Es tu culpa!
- Pero ¿Por qué seguiste siendo mi novio? – preguntó Alec confundido.
- Solo quería planificar mi venganza – sonrió – ¿No ves? todo estaba perfectamente planeado, amor.
- ¡No me digas así! – se quejó Alec.
- Como sea, lo único que quiero es terminar contigo ya – suspiró cansado – Estoy harto de todo esto.
Dijo, y sacó un pequeño frasquito de su chaqueta.
- ¿Ves esto? – Dijo agitando una pequeña botellita con un liquido rojizo dentro – Es Cianuro, un poco de esto, y tu pequeño corazón se detendrá en cosa de minutos. Es una muerte lenta, y dolorosa – se encogió de hombros – Me fue un poco difícil conseguirlo, pero... Debemos agradecerle a Dylan por el esfuerzo – sonrió.
Vi como Dylan sonreía, aparentando, realmente estaba arrepentido. Volteé a ver a Carlos, pero este estaba haciendo demasiados esfuerzos por mantener quieto a James que apenas podía poner atención.
Jace destapó aquel frasquito con una sonrisa triunfante, planeaba hacer que Alec lo bebiera a la fuerza, y ya que estaba completamente atado, atrapado, lo iba a lograr.
En el momento exacto, en que el acercó el pequeño frasco a la boca de Alec, James se liberó de los brazos de Carlos y se lanzó contra ellos, derramando todo el líquido sobre si mismo.
- Idiota – Gritó el chico - ¡Por salvar a tu estúpido hermano, perderás tu propia vida! ¿Crees que bebiendo esto es la única forma de intoxicarse? Con solo olerlo basta. ¡Bobo!
Carlos cayó al suelo, retorciéndose de dolor, yo conocía bien los efectos del Cianuro, impedía que las células del cuerpo transportaran oxigeno, además, en forma de gas, abarcaba rápidamente el lugar.
En un acto rápido, me liberé de los brazos de Dylan, y corrí a desatar a Alec, quien estaba un poco débil, ya que el toxico no solo le llegó a James, si no que a Alec y a Jace, también, pero en menos cantidad.
Con Alec tomamos a James y lo llevamos fuera de la casa, mientras Carlos intentaba rescatar a Jace. Lo que es Dylan, podemos decir, que fue el primero en abandonar la residencia, como el cobarde que nunca creí que era. Cuando salimos de la casa, notamos que James estaba realmente grave, pero no sabíamos como llevarlo al hospital, y no podíamos llamar a un taxi, no teníamos como.
- James – suplicó mi novio – Reacciona, hermano, debes resistir – Tenía los ojos llenos de lágrimas. - ¡James por favor no te mueras! – gritó
Los vecinos comenzaron a salir frente al escándalo, uno de ellos llamó a una ambulancia, a la que nos hicieron subir de inmediato. También llamaron a la policía y a los bomberos, que se dedicaron a sacar a Carlos y a Jace de la casa.
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- ¿Magnus, Alec? – se oyeron unos pasos en el corredor, y alguien abrió lentamente la puerta de nuestra sala, en el hospital. Ahí estaba la madre de Alec, con los ojos llenos de lágrimas.
Yo me levanté un poco de la camilla para saludarla, pero ella me detuvo.
- Cuidado Magnus, no quiero que te lastimes – sonrió, aunque con tristeza.
- Señora Lightwood – dije apenas. - ¿Cómo está James?
- ¿Qué tal si esperamos a que despierte Alec? – sugirió. Y yo me recosté.
A los pocos minutos Alec comenzó a abrir los ojos. Confuso.
- ¡Dios! – Se quejó - ¿Dónde estoy?
- Estás en el hospital, cariño – dijo la señora a punto de llorar.
- ¿Y donde está James? ¿Por qué no esta en esta sala? – Ella suspiró,
- Cariño... - Se sentó junto a él y lo abrazó – James no pudo resistir aquel veneno. El murió, unos minutos después de llegar al hospital.    

Mi Trabajo Es Ser Tu Novio (Adaptada) MalecWhere stories live. Discover now