Capitulo 18

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     Nos quedamos dormidos en su habitación, ambos sentados en la cama, Alec abrazándome y yo así acurrucado en su pecho, y en esa misma posición desperté al día siguiente, eran las siete de la mañana, y como de costumbre Alec estaba aún durmiendo. Fui al baño, me duche y me vestí, como podrán imaginarse, una buena parte de maquillaje aún estaba intacta en mi rostro, y la peluca... Algo enredada, pero ahí estaba, bien sujeta a mi cabeza. En la agencia me dieron maquillaje especial para la misión, ellos lo crearon –al igual que todos los demás artefactos – con la tecnología mas avanzada del país. No se quitaba fácil.

Me vi en el espejo, esta sería la última vez que al verme sería Jace Herondale. Aquel chico con cabello rubio y ojos color dorados.
Volvería a ser yo, al fin.
Me costó mucho quitarme la peluca, después de todo, no estaba diseñada para quitarse fácilmente. Yo no era una estrella pop que debiera ocultar su identidad por vivir una vida normal.
Yo era un agente que no debía ser reconocido, para salvar la vida de su protegido.
Cuando por fin pude dejar al descubierto mi cabello negro, y quitarme los lentes de contacto que ocultaban el color verde de mis ojos. Decidí salir a despertar a Alec.
Se veía realmente lindo durmiendo, y no quería despertarlo. Pero aún así lo hice.
- Alec – susurré – Abre los ojos, ya es tarde.
- ¿Tarde para que? – dijo luego de abrir un poco los ojos.
- Solo es tarde, mira son las ocho, y tu durmiendo aquí.
- No puedo dormir si me despiertas – se quejó cubriéndose con las sábanas.
- Necesito decirte algo importante, o más bien, mostrarte. – supliqué.
- De acuerdo – dijo de mala gana, entre un enorme bostezo. Se quitó las sábanas de encima – Bien, que es eso tan importante que... - Y me vio. Estaba realmente asombrado, tenía los ojos abiertos de par en par, y una extraña expresión de confusión. - ¿Qué te... sucedió? – Atinó al fin a decir. Era obvio, nunca antes me había visto sin la peluca y las demás cosas.
- Alec, este realmente soy yo. – dije bajando la mirada.
- Estás tan... distinto – admitió – En verdad no pareces tu.
- No es cierto – dije un tanto enfadado – Lo que tu esperabas ver es a Jace, si no te gusto así, no tienes que fingir. – Me quejé, levantándome y caminando hacía la puerta.
El corrió tras de mi y me tomó el brazo.
- ¡Magnus! – Me detuve en seco. Sin voltear.- Tú sabes que eso no es cierto, aunque sea verdad que me sorprendí mucho de verte, tu sabes que yo – algo lo interrumpió, dejó de hablar al notar que estaba llorando. – Por favor no llores Magnus – Me suplicó – Realmente lo siento.
- No es por tu culpa – sollocé.
- Entonces ¿Qué sucede?
- Tengo miedo – dije escondiendo mi cabeza en su pecho – Tengo miedo de lo que pueda pasar, de que en la agencia nos separen, de que la secuestradora nos descubra. No puedo seguir aguantando todo esto.
El no me dijo nada, solo me abrazó mientras dejaba que descargara toda la tristeza.

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- ¿Qué quieres de desayunar? – me gritó Alec desde la cocina, el se ofreció a preparar algo de comer para animarme un poco. Yo me encogí de hombros.
- No tengo hambre.
- Deberías – me reprendió – Y sobre todo ahora que yo haré el esfuerzo de cocinar.
- Dijiste que sabías cocinar, no debiera ser un esfuerzo para ti.
- Define cocinar – arqueó una ceja – Para mi es servir leche en un vaso y echarle chocolate en polvo- Yo me largué a reír.
- Yo te ayudaré. – Fui a la cocina y lo abrasé por la espalda. – Supongo que algo podremos hacer que no nos de dolores de estómago – bromeé.
Ya que los señores de la casa habían salido temprano, nos dejaron a nosotros a cargo de nuestra alimentación.
- Empecemos con algo fácil. Yo ya se que quiero desayunar. – Sonrió.
- ¿Qué? – reí.
- A ti – dijo acorralándome contra una pared, yo estaba algo nervioso, pero cerré los ojos y esperé a que nuestros labios hicieran contacto. Pero... Un ruido se escuchó tras de nosotros; Aplausos.
Ambos volteamos y vimos quien era esta persona que había interrumpido nuestro momento.
- ¡Carlos! – Dijo Alec con una enorme sonrisa.- ¿Cómo entraste?
- Casi soy de la familia, no es para mi un problema entrar aquí – dijo serio En fin, quería decirles, hacen una linda pareja – sonrió con sarcasmo – Realmente una hermosa escena, quien diría que cambiarías a Jace tan fácilmente.
- Carlos – sonrió Alec nervioso – Puedo explicarlo – comenzó a reír.
- No es necesario – dijo él – Ya lo se todo - Camino lentamente hacia mi y tomó una manzana de la frutera que estaba a mi lado. – El es Magnus, un súper espía que quería salvarle la vida a Alec Lightwood Bla Bla Bla – rió.
- ¿Y tu como sabes eso? – pregunté agresivo y él, en un movimiento rápido, lanzó la manzana al piso y tomo un cuchillo de entre los cubiertos para ponerlo en mi cuello de forma amenazante. Alec se iba a acercar a ayudarme, pero Carlos le hizo un gesto que entendió muy bien, Si se acercaba mas, me mataba.
- Verás querido Magnus, yo, estoy en el bando enemigo.    

Mi Trabajo Es Ser Tu Novio (Adaptada) MalecOnde histórias criam vida. Descubra agora