Capitulo 1.

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Su rostro enrojecido era una magnificencia ante mis ojos, no era posible que me encontrara en esta situación tan comprometedora en la habitación de mi humilde departamento del distrito Mapo-Gu, mordía sus labios de una manera exquisita y provocadora, las penetraciones aumentaban, y mis piernas comenzaban a sentirse pesadas.

-Ahh... Profe...sor.

Su maldita manera de usar mi honorario, sus dulces labios todo era una provocación directa desde el infierno, su piel blanca y tersa, su aroma y su maldita altanería, esa maldita costumbre de hacerme enojar, su maldito cabello perfecto, su inequívoca inocencia y esa exquisita inteligencia.

-Kookie...

Sus labios comienzan a besarme, con pequeñas mordidas siento venirme dentro de su pequeño cuerpo que no es más que el resultado de algo prohibido, nos miramos lentamente y me doy cuenta del error tan grave que hemos cometido, su cara enrojecida y su cuerpo temblando, lo tomo entre mis brazos y lo acuesto con suma delicadeza sobre mi cama, lo cobijo hasta la cintura y este me toma de la mano, sus ojos entrecerrados implorando que tan solo me quede a su lado, deposito un suave beso en el dorso de la misma, me dirijo al baño y cierro la puerta lo más rápido posible, me acerco al lavado y dejo correr el agua para después depositarla sobre mi cara.

-Eres un imbécil Kim Taehyung...

Susurro con lentitud y ahogo las lágrimas que comienzan a resbalar por mis mejillas, el sentir como me aprovechaba de su mísera situación con los constantes coqueteos de mi parte que lograrían confundir a cualquier chico de preparatoria con el corazón recién roto, era un imbécil y más, simplemente era así, lo había hecho, no había vuelta atrás.

Pienso que tan solo tendría que dejarlo pasar, que no habría nada de malo si solo creía que no había pasado, que nada de esto era real y solo se trataba de un mal sueño, abro la puerta y lo miro tan tranquilo en un mundo tan diferente del mío, en una realidad alterna y perfecta donde no me ha conocido, me pongo de rodillas a su lado y admiro esa perfecta belleza que me ha vuelto loco desde el primer momento, desde la primera mirada y esta maldita bipolaridad que siempre me acompaña cuando se trata de Jeon Jungkook, acaricio su mejilla con lentitud y deseo, el mismo que me consume, me acerco y tengo miedo de que mi respiración pesada y caliente lo despierte, una pequeña sonrisa se dibuja en su rostro y comienzo a pensar que mi imaginación me juega una pesada broma.

-¿Tanto le gusta admirarme?

Abro mis ojos y siento un escalofrió recorrerme completamente, me levanto con rapidez pero su mano atrapa la mía con fuerza.

-Por favor... lo necesito...

Mis labios tiemblan y cierro mis ojos tratando de callar mis inseguridades, me arrodillo de nuevo y el me mira expectante.

-Yo también te necesito tanto...

Lo beso con fuerza, sé que me arrepentiré y ese pensamiento no me deja respirar, no me deja vivir de la manera en que debería, porque este chico tiene esa maldita magia, esa personalidad que me hace desearlo con más fuerza de la normal, temo que si lo sigo besando terminaremos nuevamente entregándonos a la lujuria de la cual no somos capaces de escapar, me detengo y me recuesto a su lado, este toma lugar en mi pecho y sus dedos recorren jugueteando la extensión de mi abdomen, quiero detenerlo pero siento su calor y me tranquiliza.

-Lo siento...

Son palabras que salen de mi boca sin pensar, porque son los verdaderos pensamientos que me acechan, Jungkook me mira confundido y solo puedo repetir mis disculpas nuevo.

-Lo siento...

Se levanta con rapidez de mi pecho y me mira expectante como esperando a que le diga el porqué de mis acciones, el porqué de mis palabras.

-Debes irte.

Sus ojos siguen mirándome y la incomodidad crece dentro de mí, porque no quiero que se vaya, pero si no lo hace esto podría convertirse en algo más grave.

-Sabes que no debes estar acá.

Se levanta lentamente y se marcha hacia la cocina, el lugar donde había tomado la decisión de hacerlo mío, sin mirar atrás, sin pensar en nada más, escucho a lo lejos el sonido de sus pantalones siendo colocados y sus pasos hacia la puerta, yéndose, sin despedirse, si el derecho de quedarse durmiendo entre los brazos de aquel que había robado todos los pequeños rasgos de inocencia que aún quedaban dentro del pequeño cuerpo de Jeon Jungkook.

Mañana de nuevo, me despierto con la culpabilidad aun consumiéndome, es viernes y debo ir a trabajar, debo mirarlo de nuevo, que la relación profesor- alumno es eso y nada más, tomo mi celular y no encuentro ninguna llamada, creo que mi esposa aún no ha salido del trabajo como para llamarme, que yo era un simple extraño, un recién mudado, un intercambio necesario, la muerte repentina de mi madre me había traído de vuelta al país donde nací y del cual partí a la edad de 15 años, había dejado todo por las consecuencias de la vida, una despedida eterna de la persona que más amaba en el mundo, la única persona que me conocía realmente, que sabía de mi verdadera naturaleza y no me juzgaba por ello, me baño y me arreglo con suma delicadeza, la apariencia es algo importante para cualquier trabajo, tomo un té caliente y me siento reanimado, salgo y tomo mi coche un focus 2014 en color plata, llegando al instituto comienzo a ver a todos los alumnos caminado con tranquilidad, pienso de nuevo en Jungkook y trago pesadamente, no quiero bajarme, no quiero enfrentarlo y hacerme el que no ha pasado nada, respiro más de 5 veces y dejo estacionado cuidadosamente mi coche, mi teléfono timbra escandalosamente, son las 7 de la mañana y voy tarde, contesto rápidamente para darme cuenta de que mi esposa Florencia Coppola una afamada diseñadora es la que llama.

-Buon Giorno amore.

-Buenas tarde allá.

-Te noto cansado. ¿Ha pasado algo?

-Mucho trabajo, no he dormido bien y la diferencia de horario a veces me consume, ¿cómo va todo preciosa?

-¡Increible! La colección nueva saldrá dentro de pronto, terminando iré a visitarte a corea, me muero por conocer el país que te vio nacer.

Sonrío visiblemente, Florencia siempre era demasiado entusiasta.

-Me alegro de que todo vaya perfecto, es hora de irme, tengo clases en 30 minutos, hablamos después.

-Amore...

-Ti amo.

-Yo también te amo Ciao.

Corto la llamada y levanto la mirada para encontrarme con la persona que menos deseaba ver en este momento, me mira con furia y tristeza, una mezcla que no puedo expresar con palabras.

-¿Es verdad que tiene esposa?


Proibitio♡[VKook]Where stories live. Discover now